Anarchism

instabilidad anarquizante en los precios, y que da asidero y coyuntura a las especulaciones más rapaces, echa por tierra el crédito más sólido y acarrea el empobrecimiento de los pueblos más sobrios e industriosos.
No faltan espíritus que en ocasiones como la presente, se hagan portavoces de soluciones falaces en los asuntos monetarios y se muestren partidarios decididos del inflacionismo en la circulación, porque en ello contemplan la ocasión de realizar ricas ganancias, jugando a la baja del papel para cubrir sus deudas a poco costo, o especuladores del cambio, que con el papel moneda encuentran mayor margen a ganancias excesivas.
Esos elementos poco escrupulosos, dentro del sano juego de los negocios no encuentran ambiente propicio para ejercer el agio, y por eso impulsan a las personas incautas a propagar la conveniencia de la emisión de billetes irredimibles. La sana crítica y el recto patriotismo deben rechazar esos conatos y tendencias, porque ellas representan el mayor peligro para el saneamiento de las finanzas de un país.
Aun suponiendo, por vía de hipótesis, que existiera una verdadera crisis monetaria y absoluta carencia de capital, es completamente inaceptable la solución de emitir billetes sin garantía, pues ella nos haría adoptar un remedio, más dañoso que el mal que se pretende curar.
En cuanto a la política del crédito, hay lugar a considerar: Que el papel del Estado, no puede ser el de distribuir el crédito, y desde el momento que se autoriza la emisión de billetes con el sello oficial, se forma 106 un contubernio entre el Tesoro Público y la Banca, que es sumamente perjudicial a las finanzas del Estado y a la economía nacional, porque los Bancos, a cambio de que se les permita ampliar las emisiones en descubierto, conceden créditos ilimitados al Estado.
La necesidad del divorcio entre el Tesoro Público y los Bancos, fué proclamada en un memorable mensaje del Presidente Grover Cleveland, en vista de los tristes efectos que se desprenden de las vinculaciones entre el Tesoro Público y los Bancos, y una opinión de tanta autoridad es decisiva en esta materia. Que la emisión del billete inconvertible, con el sello del Estado, implica una centralización de la facultad de emitir, y de ésta se deriva una extensión del poder del Estado, opresora para la iniciativa privada y nociva para la administración de los Bancos que gocen del favor oficial. Este monopolio pugna con el espíritu de nuestra Carta Fundamental.
Al Estado le compete únicamente la intervención o el control de los Bancos de emisión y la institución de reglas a las cuales debe sujetarse la emisión.
Obrando en esta forma, sirve de mejor manera los intereses del público y los del Tesoro Nacional.
Desde el punto de vista práctico hay que contemplar: La depreciación inevitable del billete inconvertible, pues no hay ley, ni ordenanza, ni Gobierno tan poderoso, que pueda evitarla, aun bajo el régimen político más absoluto. Derivada de la depreciación, resulta el alza desmedida de los precios, debido a la baja del papel moneda, y la carestía de las subsistencias hace suma107 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.