les de fundación, flojedad o lentitud en algunos negocios que se habían levantado con base falsa, y que habían prosperado sólo en apariencia, al favor de especulaciones crediticias sostenidas por la inflación circulatoria que produjo algún Banco, pero no una verdadera crisis en el sentido genuino del término.
La riqueza de la Nación, fuera de los daños que causó el terremoto, se encuentra intacta, y por lo mismo no se debe propalar el desaliento y la desconfianza en nuestros recursos; porque esta actitud no responde a la verdad real de los hechos.
Como antes de la guerra, anualmente durante ella han entrado a formar parte de la riqueza pública, siete millones de pesos, poco más o menos, sólo de la producción de café.
de valor y que para adquisición de mercancías resulta que hay necesidad de emplear numerario dos veces mayor que la cantidad que bastaba anteriormente para cada compra de artículos.
De esto se desprende que, a pesar del aumento del medio circulante que arrojan los estados de los Bancos, la parálisis del crédito comercial y el alza de los precios, han vuelto sensible la falta de elasticidad de la circulación monetaria. pesar de todo, no puede decirse que hay una verdadera crisis, propiamente hablando; pues en ninguno de los factores arriba examinados, se ha operado un trastorno profundo, que pueda poner al país al borde de la ruina.
Ese aparente sopor de los negocios, es más ficticio que real, y el índice más claro de la situación, lo proporciona, en cuanto al capital se refiere, el hecho indiscutible y notorio de que casi todos los edificios de esta metrópoli, vuelven a levantarse con celeridad, y de que muchos de los ahorros que se hallaban ocultos, se han puesto en circulación.
Si la productividad asombrosa de nuestra agricultura, que es nuestra verdadera fuente de riqueza, se ha mantenido en firme, produciendo un margen de ganancias considerable a todos los agricultores, es indeclinable que no ha faltado el capital de explotación, y que si bien no hay abundancia de capitales de fundación, no hay argumento bastante convincente para afirmar, con rigurosa lógica, que haya una verdadera crisis.
Habrá, a no dudarlo, debido a la desconfianza del capital, una época difícil, para obtener al crédito capitaYa sea que se autorice a los Bancos para emitir billetes con la garantía del Estado, o con el respaldo de la hipoteca de inmuebles, o con ambas garantías, o que se instituya un Banco Territorial, que emita billetes irredimibles, es incuestionable que ese billete es PAPEL MONEDA y entraña todo el cortejo de males que han arrastrado a la ruina países más prósperos que el nuestro, y que han caído en la aberración de aceptar esta solución a sus dificultades monetarias.
Hoy mismo durante la guerra, todos los países que han caído nuevamente en las soluciones del papel moneda SIN GARANTÍA METÁLICA, se hallan bajo el peso de enormes descubiertos en sus presupuestos; y esta situación complicada con el grave problema de la moneda, que mantiene al comercio y la industria sometidos a los vaivenes del cambio exterior, que determina una 105 104 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.