Señor Director de Eos.
Presente.
tórica. y, mas que todo y sobre todo, una pléyade de naciones civilizadas, compuestas de pueblos de la raza indígena pura y mezclada con la de los conquistadores, que conservan, en el vasto Continente y cultivan con amor, la triple unidad de la lengua castellana, de la fe religiosa y de las instituciones políticas y civiles, elementos eficaces de una futura y poderosa federación.
Yo creo que el debate está cerrado; que la sentencia se está dictando ya, por jueces irrecusables, de habla extraña, no muy amigos de España, pero si de la verdad y de la justicia históricas, y que el fallo será favorable a la siempre noble y gloriosa patria del doctor Ferraz y madre de la nuestra.
EREMITA Muy estimado amigo y señor: Me enaltece y honra sobremanera el concepto que de mi tiene formado el eximio maestro Doctor Ferraz, cuando supone que yo podria tratar cual se merece, el asunto de España en América, tan a deshora traido a colación; pero, a pesar de eso y del adjetivo sorprendente con que su benevolencia me abruma, yo no escribiré una palabra.
Me lo vedan mi insuficiencia primero, y después la inoportunidad del debate, sin contar, por supuesto, con su completa inutilidad.
Los trescientos años de ominosa dominación y otras expresiones por el estilo, muy usadas en los discursos del dia de la independencia y en artículos de circunstancias, fueron mandados recoger por fósiles y de mal gusto, hace cosa de medio siglo, y enterrados definitivamente por un literato colombiano que escribió sobre su tumba: Literafura fósil.
El proceso histórico de la actuación de España en la conquista y colonización de América y otras partes, sigue su curso natural de depuración, y la critica moderna, imparcial y serena, va deshaciendo con segura mano las marañas que las rivalidades, el odio y el interés tejieron en torno a la verdad, y alumbrando con clarísima luz las sombras amontonadas por la impostura y el error. Esa misma crítica hará quizá la comparación entre los conquistadores y colonizadores de otras razas en el norte mismo, en el centro y en el sur de América y en otras regiones del globo, y en el balance final, no serán precisamente aquéllos los que podrán mostrar, al lado de dolorosos e inevitables hechos inicuos de la conquista sombras del grandioso cuadro soberbias y suntuosas catedrales, ricas y sabias universidades, famosos centros de artes y de industrias, puentes, caminos, calzadas y acueductos que, aun en ruinas, sorprenden por su grandeza, un Archivo de Indias. inapreciable y fuente segura de información hisMadre de Dios, 16 de Octubre de 1917.
Señor don Elias Jiménez Rojas.
San José.
Mi distinguido amigo.
Porque sé cómo para los gestos valientes de la pluma la aprobación medrosa escatima el aplauso, quiero mandar el mio al señor González que tan sabroso y acertado comentario hace del artículo La desespañolización.
Precisamente desde que aqui se ha dado en celebrar con tantas pompas la fiesta de la raza, vengo pensando un vigoroso canto a nuestra pobre casta indigena desaparecida y olvidada. Canto que aún duerme en el fondo de mi pensamiento por falta de una ocasión para documentarme.
Ruego a su amabilidad hacer llegar al señor González mi efusivo elogio.
De usted siempre afectisimo, JOSÉ MARÍA ZELEDON San José, 16 de Octubre de 1917.
Señor don González.
Presente.
Muy señor mío: La lectura de su carta y del artículo de Ignacio Ramirez reproducido a indicación de usted en el número 48 de la 92 93 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.