Wolff y otras, no sólo por la prensa alemana en su totalidad, sino que también por los propios jurisconsultos alemanes.
Siguiendo las más venerables tradiciones de la ciencia jurídica francesa. a la cual jamás se le impuso orientación alguna, por alto que fuese el origen de ésta. queremos indagar la verdad, restablecerla minuciosa y completamente, con pruebas irrefutables, tratando y comentando lealmente hasta los más miserables argumentos de nuestros enemigos.
No basta, en efecto, tener de su lado el derecho; hay que probarlo. No basta conmover, hay que convencer. No es sólo necesario apelar a los sentimientos, sino que también a la razón. para alcanzar este fin, que formará también parte de nuestra victoria, es para lo que nos hemos reunido todos en torno a nuestro común maestro Luis Renault, el más conocido, el más célebre, el más justamente célebre de los internacionalistas del mundo entero, la más alta autoridad existente en este momento en materia de Derecho Internacional. Luis Renault ha tenido a bien escribir el primer folleto de la serie que pensamos publicar, y de su trabajo Las primeras Violaciones del Derecho de Gentes por Alemania en el Luxemburgo y Bélgica, puédese decir que constituye una acusación definitiva y sin réplica posible, que ha de acarrear ante la Historia, como ante el Alto Tribunal que ha de juzgar tan grandes crímenes, la condenación de los autores del atentado.
Son cuestiones de neutralidad las que el señor de la Barra va a tratar en esta conferencia. Tal concepto de 66 estas cosas tienen los alemanes, que es realmente necesario no solamente que los neutrales protesten enérgicamente, sino que prueben que dichos principios han sido violados, y se entiendan entre sí para imponer su respeto a los que tal hicieron. El señor de la Barra permitirá al decano de la Facultad de Derecho de París, en la cual dará un curso público de Derecho Internacional después de la guerra, el decir que reune todas las cualidades requeridas para tratar este asunto, que hasta el gran público, después de la guerra, y por la guerra, ha llegado a conocer a pesar de su carácter algo esotérico y técnico, El Sr. de la Barra ha sido diplomático; además, fué elevado a la primera magistratura de su país en momentos ditíciles, y es a la vez profesor de Derecho Internacional en la Escuela libre de Méjico. Pertenece, en fin, a una nación neutral!
Une, pues, las condiciones de estadista y diplomático, a las de hombre de ciencia, que no son inútiles para tratar asuntos de esta indole. en lo que hace a su calidad de neutral, no debe esto inspirar desconfianza alguna, pues ya sabemos cómo otro americano, Ruy Barbosa, comprende la neutralidad.
Diplomático, estadista y jurisconsulto, el señor de la Barra es hoy, para tratar este asunto. the rigth man in the rigth place. 017 El señor de la Barra es, además, de amplia formación intelectual francesa, y se complace en recordar que ha sido discípulo de eminentes franceses que se llaman Alberto Soul, Anatolio Leroy Beaulieu, Luis Renault. is un pas to Como se lo decía en 1912, al recibirle en el Comité 67 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.