chado inexorablemente como un grillo de por vida a la republiquita de Balboa?
El patriotismo centroamericano no sólo acepta a Nicaragua dentro de la unión, sino que al realizar esa unión tiene en mira, entre otros grandes ideales, el de libertar a la hermana histórica, de la humillante condición en que se halla: se desea redimirla. Es así como, en el santuario de una familia honrada, se acepta a la hija que acaso delinquió, para que, ayudada por las hermanas afectuosas, se rehabilite y viva dignamente.
Pero ninguna familia podría aceptar que, al recibir a la hija enantes extraviada, se fuese a buscar en la calle a una delincuente, ajena por completo a la tradición propia, para invitarla a vivir bajo el antiguo techo y en lo intimo de la casa; y mucho menos si esa extraña se halla definitivamente incapacitada para rehabilitar su nombre y su independencia moral.
Panamá pertenece a Centro América por un puro concepto geográfico; pero no por lazos históricos ni tradicionales, ni por aspiración, ni por comunidad de destinos. Panamá se halla irremisiblemente bajo la tutela yanqui, en una forma cien veces más peligrosa que Cuba; y no tiene ni la esperanza de redimirse, como la tienen Puerto Rico y Filipinas, por ejemplo.
Está, pues, en plena inhibición para incorporarse a la República nuestra, a la que nosotros soñamos, a la que queremos libre de todo extraño dominio, virgen y pura como nació al firmarse en Guatemala el acta memorable.
Panamá no ha logrado ni siquiera el reconocimiento de Colombia: en la gran República de Santander y de Nariño se sigue considerando a los panameños como rebeldes. Colombia está dando muestras de un vigor extraordinario. Hoy tiene asegurada su libertad de tal suerte, que no hay en la América indohispana país alguno más libre; disfruta de una paz sólida, porque reposa en las conciencias que rechazan todo conato de guerra; construye ferrocarriles y caminos por todas partes; desarrolla industrias asombrosas, como la de hilados y tejidos y la de fabricación de objetos de hule; ve aumentar su población con gran rapidez; y, sabia y previsoramente, funda el servicio militar obligatorio y empieza a armarse. la vez, celebra tratados con Ecuador y Venezuela, para acercarse a estos países que con ella nacieron a la gloria. Ahora bien, nadie sabe las contingencias que traiga el futuro; pero podría ser que llegase un día en que, a favor de una gran complicación histórica, Colombia quisiese reincorporar a su seno, por medio de gestiones diplomáticas basadas en poderío, parte de Panamá lo que limita con su territorio y es accesible a ejércitos colombianos o a una aglomeración de fuerzas de la antigua Gran Colombia. Como va, pues, Centro América a permitir que se le incorpore un pueblo que no ha logrado siquiera el reconocimiento de la Madre Patria, y que, al mismo tiempo, se halla dividido en dos porciones por una zona en la cual no ejerce jurisdicción. a qué título habríamos de llamar a nuestro hogar y a ponerse a la sombra de nuestra bandera a quien nunca estuvo con nosotros?
No. con Panamá no, jamás! Todo Centro América va a rechazar y el Presidente Chamorro viviría muy pocas horas si no lo viese la idea del mandata53 52 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.