Imperialism

me levanté aquí para proclamar los grandes méritos suyos y para pediros consideración y respeto para su distinguida personalidad. No comprenden los que eso propalan que en el negocio que se discute, yo no miro a Mr. Keith, a quien he tributado y tributo con toda sinceridad el homenaje de una respetuosa simpatía; que lo que miro es la empresa absorbente y peligrosa para mi país. No disciernen que un representante del pueblo se debe por entero a su función de guardador de los intereses de la nación, Acaso no falte quien proclame que mi doctrina es infecunda porque con ella o sin ella estamcs a la merced de la poderosísima República del Norte, nacida un día para la libertad y la justicia, para fraternizar a la sombra de la moral y el derecho con totos los pueblos del Continente Occidental y que durinte mucho tiempo cumplió en efecto esa hermosísima misión, y convertida en estos últimos años en potencia imperialista y conquistadora de los pueblos débies de linaje latino. Pero yo contestaría que esta pecueña patria nuestra es sagrada en el concierto de las mciones, por su ſuero de pueblo libre que sólo un crmen podría arrebatarle; por el brillo singular de sus virtudes, por su régimen de paz y de respeto de todos os derechos, por su cultura, por su excelsa reputación es el mundo. yo contestaría que de todos modos le etá impuesta la precaución que yo proclamo como un de sus más altos deberes; yo respondería que dentro de las leyes del honor y de la dignidad de los Estado, concibo el fenómeno de las naciones sojuzgadas a sagre y fuego, como las répúblicas Sud Africanas; ped no puedo concebir el fenómeno de las naciones que se entregan y mucho menos el de las que fabrican los mecates con que han de ser maniatadas.
Volviendo al contrato, señores Diputados. permitidme que os llame la atención acerca de la propaganda organizada para prestigiarlo a todo trance, en la conciencia pública, contando con que el pueblo, víctima segura de todos los errores de sus personeros y administradores, ha perdido su instinto de conservación. Ved cómo desde las columnas de La Información, que el año anterior militó bajo bandera americana, defendiendo la empresa petrolera en virtud de la cual se entrega una riqueza incalculable y se inmoviliza el enorme espacio de cuatrocientas mil hectáreas, a cambio de una insignificante y problemática coparticipación en las ganancias de los concesionarios, se hace ahora campaña bajo la misma bandera, para poner en manos de especuladores que nos explotarían sin piedad, la industria pecuaria con todos los ramos de actividad y de sustento que de ella dependen; industria que territorialmente significa más de la mitad de nuestro suelo cultivado, y económicamente, es lo más central de nuestra economía y, como ya lo expresé, constituye el último lote de nuestros recursos para alcanzar un bienestar seguro y propio, apartado de la tutela y la expoliación de extraños. En las columnas de dicho periódico, día a día, levanta su tribuna «Un Ganadero» que no conoce el lazo del gaucho, pero sí todos los recursos de su peritísima pluma que esgrime contra mis tesis, no obstante lo cual, confiesa que son ciertamente nocivas, mortales. y eso me basta, la enajenación y consiguiente desnacionalización de nuestro suelo, en pro de empresas forasteras, que nos atis16 17 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.