DEBATE EN LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONTRATO QUIRÓS KEITH Tercer discurso del Diputado Astúa Aguilar, Presidente de la Cámara, pronunciado en la sesión del lunes del mes en curso.
SEÑORES DIPUTADOS: En memorables ocasiones de intenso patriotismo ha vibrado en esta Cámara con soberanas resonancias, la palabra del insigne estadista, del jurisconsulto maestro, del eminente orador parlamentario don Ricardo Jiménez, a quien me complazco en recordar con todo el respeto y el afecto que merece su alta personalidad, en estos momentos en que, contra mi actitud de defensa de intereses fundamentales de la República, estalla con furia el oleaje de las avideces que se agitan al rededor del contrato Quirós Keith; en estos momentos en que añorando su elocuencia conquistadora de conciencias y voluntades. donde el pensamiento copioso rompía el tejido de los vocablos para manar de la frase como leche de ubre bien repleta, donde formaban una misma encarnación el verbo doctrinal de Cicerón y el verbo austero de Gladstone, voy a continuar mi pobre discurso contra esa negociación nociva para el país en todos sus aspectos, por más que le hayan servido de móvil, no cabe dudarlo, anhelos y propósitos del Señor Presidente de la República y su Ministro de Fomento, tendientes al incremento de la industria costarricense y al alivio de la difícil situación que vamos atravesando; negociación en que se desconoce la conducta de cautela que a Costa Rica, como a las demás naciones del Istmo, les impone la necesidad de librarse del empréstito usurario, de la penetración constante y metódica de especuladores que absorben primero nuestras riquezas y nos entregan luego esclavizados a su bandera; negociación, inspirada en errados cálculos de economía nacional; negociación en que se da mucho, muchísimo, sin recibir nada en cambio; negociación que significará la entrega a la codicia extranjera de lo que nos queda para alcanzar un bienestar propio y seguro; negociación que el pueblo rechaza como un grave mal, y que apoya en las columnas de La Información, un escritor muy conocido y muy hábil que se oculta bajo el seudónimo de «Un Ganadero. por más que no sepa aferrarse a la dura albarda corriendo tras el cimarrón, ni salude nunca la aurora en la majada, ni haya aprendido a distinguir entre los mil clamores de la campiña, el mugido del toro joven que llama al amor, del lastimero y casi humano lamento de la vaca que busca su cría entre el tupido pastizal.
Tengo hasta ahora demostrada esta tesis, señores Diputados: que así como la posesión de un pedazo de tierra, hizo el hogar y regularizó la familia, primer elemento de una comunidad política, así también la tenencia exclusiva y de pleno señorío sobre un terri4 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.