Democracy

296 EOS EOS 297 invade de nuevo. En todas partes, en todas las calles, de que la vulgaridad e incompetencia son cosas norla vemos ondear gallardamente al viento. Desde el males, que el bagaje intelectual puede descontarse y, de febrero, cada día ha sido a modo de un nuevo por último, que el trabajo de segunda clase es tan bueno aniversario de Washington. Escuchamos nuestro himno como el de primera. En los Estados Unidos se prodinacional en las veladas de los teatros del mismo modo gan tantas alabanzas al hombre que asalta los triunfos que los ingleses oyen el «God Save the King. pero como a aquel que los elabora. Los norteamericanos con todo el fervor de la novedad en la parte que nos hemos sacrificado con frecuencia las cosas más elevadas toca. Sentimos un estremecimiento de emoción bajo de la vida al ídolo del progreso. Hemos sido a modo la epidermis cuando oímos cantar a la «América» en de la obstinada y terca gente de aldea; nuestros oídos iglesias y conciertos. Quizá hasta esta fecha hemos escuchaban demasiado el eco de nuestras propias considerado el nacionalismo como algo artificial, prolisonjas para oír consejos de los demás. Nuestros ojos, ducto únicamente de ambiciones monárquicas e impedemasiado fijos en el presente, no han querido conrialistas; fuerza útil pero peligrosa destinada a preceder templar las eternas lecciones de la historia ni la sabiinevitablemente a un internacionalismo más sano.
duría acumulada en el pasado. Debemos admitir que Pero en presencia de la guerra sentimos claramente somos indisciplinados y negligentes para con la ley, que la primera y gran necesidad es la unión y la prontos siempre a desobedecer la autoridad y a rehuir lealtad. no es extraño que cada uno de nosotros se las órdenes. Nuestra democracia ha sido casi totalpregunte a sí mismo, cuál será esta lealtad, cómo debe mente ineficaz, y un ciego optimismo nos ha hecho manifestarse y a quién o a qué cosa se debe ser leal.
ceder bien pronto al irresponsable niercantilismo desLos norteamericanos deben solidarizarse, esto es claro; arrollado en torno nuestro.
pero ¿en qué forma? Tienen que trabajar juntos; pero Pero toda persona sensata sabe que hay otro aspecto ¿con qué fin? Si hemos de realizar nuestra promesa en nuestra práctica de la democracia: el idealismo. Si nacional, ahora más que nunca debemos preguntarnos nuestra nación tiene para su descrédito la extravagante lo que significan los Estados Unidos para nosotros, y noción de que todo hombre es igualmente capaz para en qué dirección debe guiarnos nuestra lealtad.
desempeñar puestos de responsabilidad o para cumplir ¿Cuál es entonces la tradición norteamericana?
deberes que requieren dotes especiales, tiene en camNuestra deficiencia nacional se ha hecho conocer muy bio a su favor el gesto gallardo conque ha colocado alto desde el principio de la guerra europea. Sabemos al género humano, chicos y grandes, en un plano de bien que nuestra filosofía democrática procede sentiabsoluta igualdad con respecto de sus derechos; igual mentalmente de la hipótesis de que un hombre es tan justicia, igual instrucción, iguales facilidades e igual bueno como el otro y probablemente «mejor que el protección de la ley. Quizá no ha sido nuestra patria otro. por donde llegamos a la indolente conclusión la morada del valor, pero ha sido en cambio la manEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.