294 EOS LA TRADICION DE LOS ESTADOS UNIDOS LA LA GUERRA Mas hoy, en presencia del curso que han tomado los acontecimientos, comprendemos que las naciones débiles de América que no hayan asumido una actitud franca y resuelta al lado de las naciones de la Entente, no pueden aspirar a que se las invite a esa Conferencia que habrá de arreglar el mundo, para valernos de las mismas palabras de Laureano García Ortiz. Puede que se las invite por mera concesión; pero sus opiniones y sus conveniencias pesarán poco o nada en la balanza mundial. Se dirá: El aporte de esas naciones en nada puede afectar el conflicto; su actitud no determinará una solución en uno u otro sentido. No debe olvidarse, sin embargo, que los pueblos no pesan únicamente por su fuerza material, y como prueba de ello ahí está el caso de esa misma nación belga que si no tuvo fuerzas suficientes para salvar su suelo, sí le han sobrado energías y carácter para salvar su dignidad, y asegurar en un venturoso porvenir el cumplimiento de la alta misión que le corresponde en la civilización como pueblo libre y soberano.
Ante el peligro de la hora actual jamás podrán justificarse la pasividad y la indolencia. Será el caso de llamar a la acción a ciertos pueblos con el sublime grito del héroe francés. De pie, los muertos. Estudiando la psicologia del pueblo norteamericano y exponiendo ante la conciencia pública las imperiosas exigencias de la guerra actual y sus fines elevados, proclama el autor la tradición democrática de los Estados Unidos condensada en tres grandes ideales: libertad, tolerancia y espiritu de altruismo nacional. Los meses pasados han sido testigos del renacimiento del patriotismo norteamericano. Hasta ahora los Estados Unidos eran para nosotros una cosa establecida, algo así como un club al cual pertenecíamos por derecho de nacimiento, pagábamos nuestras cuotas como costumbre adquirida y aceptábamos nuestras pequeñas responsabilidades con mayor o menor buena voluntad, sin que muchas veces nos dignásemos prestar al asunto la debida atención. En realidad, el objeto de este club era para nosotros tan nebuloso y vago que en la honda preocupación de nuestros intereses y labores lo perdimos por completo de vista. Pero de pronto ha llegado hasta nosotros la realidad haciéndonos sentir que somos responsables rante la nación y responsables con responsabilidad ineludible.
Nuestro afecto sentimental hacia la bandera nos ENRIQUE PÉREZ De Marconigrama.
Lo primero y lo más indispensable para realizar el objeto que se propone la guerra, es el de quitarle al enemigo toda esperanza de vencer.
GENERAL VON DER GOLTZ Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.