290 EOS NEUTRALIDADES QUE MATAN y arrojar a lo largo del camino puñados de piedad hecha desprecio; alzarse cuando todos se arrodillan, cuando todos se doblan, estar recto y mirarse con gesto envanecido de la propia conciencia en el espejo; ser como el agua, humilda y transparente y libre y poderoso como el viento; marchar solo, mirando a la montaña que alza su majestad alla a lo lejos y hacer de su grandeza solitaria de nuestra altiva soledad modelo; cantar cuando la pena el alma azota, reir cuando se acerca el desaliento y llorar cuando viene el entusiasmo a en florar de sollozos nuestro pecho; desafiar los peligros con audacia, hacer el corazón inmune al miedo, y cuando todo se oscurezca, y rueden las más serenas torres por el suelo, escuchar que en los últimos reductos aun retumba el cañón de nuestro ejemplo.
He aquí sintetizado lo que llamo mi vigoroso, indestructible credo.
Hija mia, la vida es lucha heroica, toma una luz y alumbra tu sendero, detrás iré dichoso peregrinoguardando tus espaldas con mi cuerpo.
Siempre me has de encontrar tras de tus huellas como el más cariñoso compañero!
BILLO de Setiembre de 1917.
Un escritor español habló en meses pasados de «Neutralidades que matan. Parece que también hay neutralidades que la lógica condena. Tomemos, por ejemplo, el caso de una nación latino americana. Aunque distintos en la forma, el atropello de que fué víctima esa nación en 1903 y la agresión germana contra Bélgica en 1914, son en el fondo idénticos. En uno y otro caso, tratados solemnes garantizaban respectivamente la soberanía y la integridad de los dos pueblos, y esos tratados fueron desconocidos en cada caso. Si algún país estaba obligado a protestar contra el atropello a Bélgica, ese país era el aludido. Aconsejaba ese procedimiento no sólo la lógica sino la conveniencia. Los pueblos no valen únicamente por la fuerza de que dispongan, representada en ejércitos. y en escuadras. La dignidad compensa con creces la falta de aquellos elementos. Si cuando Inglaterra entró en el conflicto, movida únicamente por el noble propósito de salir a la defensa de Bélgica, cuya soberanía se había comprometido a amparar, la nación sud americana a que nos referimos hubiera consignado su protesta contra el atropello germánico, habría conquistado para su causa tan semejante a la de Bélgica todas las simpatías de las naciones que hicieron suya la causa de esta última. Su pasividad cuando se Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.