Elías Jiménez Rojas

EOS 236 Z.
El caso de Eosina En este momento nos encontramos tres tipos distintos en la redacción de Eos: Eremita, dualista católico; el doctor Lafosse, dualista logo arquista; y yo, sin rótulo. Podemos trabajar en una misma mesa porque los tres creemos en la realidad objetiva del mundo que nos rodea; los tres somos intelectualistas y, además, hemos cultivado las ciencias positivas: Eremita es economista; el Dr. Lafosse es médico; yo soy quimico.
Pero de mí no se habla en la clasificación del Dr. Lafosse, como no se habla de vosotros, mayoría de los lectores de Eos, que trabajáis cuando el sol alumbra. Yo vivo ahora en la oficina de una farmacia y soy monista dentro de ella.
es decir, pienso sencillamente que son unas mismas las leyes que rigen los fenómenos que se pasan en mí y los que se pasan fuera de mi: hasta ahi llega mi filosofia. Por tanto, no soy espiritualista ni materialista (aunque este sea el calificativo que me adjudiquen los que no conocen el sentido preciso que tiene dicha palabra en filosofia. soy, como casi todos vosotros, un ignorante de metafisica. Seguramente, el zagal que conduce sus ovejas al abrevadero tiene más ideas que yo acerca del origen primero y del fin último de las cosas. Lo cual no significa que el zagal pueda venir a reemplazarme en mi laboratorio.
Tan ridiculo es que yo hable de metafísica como lo seria el que un literato hablara de ciencias positivas (quimica.
fisiologia, etc. sin haber cultivado ninguna de ellas en el terreno de la experimentación fisica.
ELÍAS JIMÉNEZ ROJAS Soy poco aficionado a los versos. Unos cuantos, allá de tiempo en tiempo, no aguanto más. han de ser, por añadidura, dulces y fáciles de comprender.
Cuando leo prosa, me detengo en cada punto el tiempo que sea necesario para hacerme cargo de la idea del autor. Cuando leo versos, voy al compás de la música, y si no entiendo, paro la lectura.
El que a mí no me gusten unos versos no prueba nada contra su autor. Lo único que éste podría deducir de mi desaprobación es que sus composiciones no son para leídas en la plaza pública.
Ahora bien, yo deseo que los versos que salgan en Eos no vuelen por encima del mundo del sentido común; en otros términos, que sean muy naturales (o muy físicos, si preferís el griego. Se adivina el apuro en que me ponen los poetas que me hacen el honor de ofrecerme sus versos: no sé cómo expresarles mi agradecimiento y cómo negarles al propio tiempo el campo que me piden.
El caso de Eosina, voy a tener que contarlo.
Eosina es una joven madre de familia, muy de su casa y muy simpática para mí, se entiende. Sobresalió como estudiante en el Colegio Superior de Señoritas y llamó luego la atención en la enseñanza primaTenemos a la disposición de los lectores TODOS los números de EOS, desde el primer cuaderno Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.