EOS EOS 194 195 civilización contemporánea. los destinos de la Humanidad, de la Concordia y del Derecho; de aquel muchacho que hace abstracción de la Patria y del Hogar y lo sacrifica todo por la Gran Patria del futuro, soberana, altiva y fuerte que él adivina al batirse por su causa y al ofrendarle su sangre joven.
Esa patria del mañana no ha sido esquiva para él y ha ornado ya su pecho en homenaje al valor y a la juventud.
hacen triunfar, viviendo por él; de quienes pueden, en una palabra, producir con una campana de plomo o de estaño, el sonido argentino de la campana mayor de Nuestra Señora, para valernos del símil vigoroso de Renán.
FRAGMENTOS de algunas cartas de Pepe Acuña a su señora madre y al compañero de colegio Otón Jiménez La Información, 29 de Julio.
Publicamos a continuación fragmentos de algunas de las cartas que Pepe Acuña dirige a los suyos de aquí, desde la tierra de Francia, y que dibujan de modo cabal la fisonomía moral de nuestro amigo.
Quien esto escribe lo conoce desde días y puede asegurar que la gallarda figura del andante Caballero del Ideal y de la Fe, que aquellas trascripciones perfilan, es el mismo de los viejos tiempos, pero a quien la vida y el estudio prepararon virtuosamente para ir a tomar sitio, con fuerza propia, en la magna Cruzada del Derecho, vencida ya aun cuando todavía no terminada. en los mismos campos de Chalons que vieron a Atila huir hacia el Danubio.
Acuña es de aquellos para quienes el Ideal es el reino de Dios y por eso lo crean en lo intimo de su sér; de los que crean un pensamiento generoso y lo En preparación: LO NATURAL DE LO SOBRENATURAL LA MATERIA DE LA METAFÍSICA.
Havre, Mayo 15, 1916.
Espero que al escribir ésta, mis palabras tengan el poder de expresar mis sentimientos sin herir ni maltratar los suyos. Difícil es el explicarme, pero como al fin, tarde o temprano, usted lo ha de saber, prefiero que mis propios labios declaren mi conducta antes que de bocas extrañas oiga la verdad.
Momentos hay en nuestra existencia, cuando amarguras y decepciones se ciernen sobre nuestras cabezas, en que el alma busca refugio en las recónditas profunsidades del corazón, donde halla la fuerza y el coraje que necesita; y si el alma se aferra a esta fuerza secreta, la tormenta pasa sin tocarnos y habremos aprendido el vigor que nuestros corazones encierran.
Asl, madre mía, busque en su corazón este coraje si mi proceder no la hace dichosa, si mis palabras la hieren, si mis actos la maltratan.
Dentro de poco seré un soldado de Francia, un soldado voluntario. cuál, dirá usted, es la intención al hacerlo. Es que quiere ayudar a los aliados? Sí.
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