EOS 157 EOS 156 No sólo han empleado nuestros enemigos armas nuevas, sino que también ha fomentado el Gobierno belga la participación de la población civil en la lucha.
Actos crueles, cometidos hasta por mujeres y sacerdotes, han tenido lugar en esta guerra de guerrillas contra nuestros heridos y médicos y también contra nuestros enfermos (médicos han sido heridos y el lazareto fué atacado a tiros. estos actos han sido tales. que finalmente mis generales se han visto en la obligación de recurrir a medidas de lo más severo para castigar a los culpables y, mediante un escarmiento terrible, impedir que una muchedumbre ávida de sangre continúe cometiendo muertes y odiosas atrocidades. Como medio de defensa y para proteger nuestras tropas, se han destruído algunas aldeas y también la antigua ciudad de Lovaina, excepto sus hermosas casas consistoriales.
Mi corazón sufre cuando veo que semejantes medidas se han hecho necesarias y cuando pienso en los numerosísimos inocentes que han perdido sus hogares y haciendas como consecuencia de la conducta bárbara de esos criminales. Telegrama del Kaiser al Presidente Wilson. Mujeres belgas han degollado soldados alemanes que estaban alojados en sus casas.
El Emperador me ha autorizado a decir lo anterior. Comunicación del Canciller del Imperio alemán a los representantes de la «United Press» y de la «Associated Press» de los Estados Unidos, del de Setiembre de 1914. De todo corazón hubiera deseado para todos y cada uno de vosotros, que pudiéramos celebrar la fiesta sagrada en el seno de la familia con paz y alegría. Si así no puede ser, Dios es testigo de que de ningún modo soy responsable de ello. Yo no he querido la guerra. Nos la han impuesto; pero ahora queremos, con la voluntad de Dios, llevarla a un fin glorioso. Discurso del Kaiser en la Navidad de 1914. No olvidéis que sois el pueblo elegido. El espíritu del Señor bajó hasta mí, porque soy el Emperador de los germanos!
Soy el instrumento del Todopoderoso.
Soy su acero, su representante. Maldición y muerte a quienes resistan a mi voluntad. Anatema y muerte a los que no creân en mi misión. Malhayan y mueran los cobardes. Que perezcan todos los enemigos del pueblo alemán. Dios exige su destrucción; Dios, quien por mi boca os manda ejecutar su voluntad. Manifiesto del Kaiser a su Ejército del Este. El pueblo de los poetas y de los filósofos, transformado en un pueblo armado, puede tener confianza en la firme resolución de vencer a todos los enemigos. Mujeres jóvenes belgas han arrancado los ojos, en los campos de batalla, a heridos alemanes indefensos. funcionarios de las ciudades belgas han convidado a nuestros oficiales a comer y los han matado a tiros. Han incitado a toda la población civil de Bélgica, que antes nos dispensaba buena acogida, a que disparase sobre nuestros soldados por detrás.
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