Socialism

EOS 98 EOS 99 Terminada una guerra tan brutal que no hay nombre con que pueda llamarla, que es vergüenza del hombre, tras la infamia más negra y la siega inhumana, la completa derrota y el baldón de mañana; ya mi patria vencida, el poder se desploma como encina roida por la vieja carcoma del Monarca temido y a la vez adorado por un pueblo orgulloso que se siente humillado; es oprobio del mundo, y el recuerdo horripila, de sus bárbaras huestes dignas sólo de Atila; se comentan los hechos de sus hordas salvajes.
degolladas mujeres, tras inicuos ultrajes, inocentes criaturas, sin piedad mutiladas, incendiados los templos, las doncellas violadas, sin que leyes humanas, ni preceptos divinos la hecatombe contengan de sus odios mezquinos. Qué nos queda de todas esas bárbaras luchas?
Son las glorias muy pocas y las manchas son muchas. Para qué difundieron el terror Zeppelines, destruyendo hospitales con ataques ruines?
Del traidor submarino ¿para que los triunfantes combates en que hundieron a las naves mercantes?
Alemania ha quedado humillada y vencida, cercenada en gran parte, desangrando la herida, y otra guerra implacable, sin cuartel, ha estallado en sus propias entrañas, es un pueblo indignado que no quiere cañones, Generales ni Reyes, sino paz y trabajo y vivir bajo leyes de igualdad absoluta y absoluta armonia, aunque muchos las llamen con desdén utopía: que los padres disfruten del amor de sus hijos, que fecunden los valles sus trabajos prolijos, que en los templos se puedan elevar oraciones, sin temor a la furia de los fieros cañones, y las virgenes duerman, sin terror ni desvelo, bajo el palio tranquilo, luminoso del cielo. entre tanto, muy pronto, vera Europa aturdida que Alemania, República vigorosa y unida, sin milicia ni enconos y más grande y ufana, a las otras naciones PIDE UN PUESTO DE HERMANA.
Sigue luego una pausa brevisima, un momento en que sólo se escuchan los gemidos del viento.
Mas sintiendo en su pecho un vigor sobrehumano, olvidando el cansancio, levantose el germano y con voz reposada, de profeta, en que habia un inmenso entusiasmo y una extraña alegría, principio lentamente a decir: ya estoy viendo de la infamia y el odio al amor renaciendo; sobre mares de sangre, sobre infiernos de horrores, de una aurora esplendente ya se ven los fulgores; se realiza, no hay nada que a su empuje resista, la divina quimera de mi Fe socialista.
Veinte siglos de luchas y dolores, apenas han podido del hombre destrozar las cadenas que le ha impuesto un Monarca más o menos infame. por su nombre es preciso que a la postre lo llamey que hizo la vida desgraciada y ficticia, sin nociones siquiera de razón o justicia.
Veinte siglos y empieza a sentirse fecundo el principio más bello predicado en el mundo por Jesús, ese Mártir que conturba mi vista y que ha sido el primero del ideal socialista.
La visión pavorosa de la Guerra Europea hizo al Hombre Divino que nació en Galilea, Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.