68 EOS EOS 69 poderoso influjo en nosotros mismos y comulgamos con el limpio ideal francés, libre de impurezas de la realidad.
VAL. FERRAZ NTRE las naciones modernas ninguna, como Francia, ha esparcido por el mundo mayor caudal de altas ideas y de sentimientos generosos, ninguna como ella ha sabido cautivar a las almas que anhelan por ver realizarse un ideal de vida superior sobre la tierra.
Misionera del bien y la justicia, ha enseñado al hombre nuevo a tener un culto por todo lo grande y todo lo bello, así como una palabra de reprobación para todas las iniquidades y todas las tiranías. Madre intelectual de un período histórico de hondos quebrantos, dulce y abnegada, haciendo dos porciones de la vida. como de la buena madre canta su poeta incomparable tomó el acibar y nos dió la miel.
Por eso hoy que en fiero batallar vierte a raudales. con heroicidad sublime la noble sangre de sus hijos, y ve cubrirse de ruinas el suelo sagrado de la patria, vuélvense a ella ansiosas miradas de todos los puntos del horizonte; porque en todos los lugares del planeta donde se alza el pensamiento, hay almas que con la suya vibran, frentes que con su dolor se abaten, semblantes que con sus triunfos, gozosos se iluminan!
helénico, de la sabiduría de Roma, de cuanto fué marcado en los pasados siglos con el sello del genio; y volando de tiempo en tiempo por sobre los Pirineos, por encima de los Alpes o al través del océano, vas a esparcir en comarcas remotas el polvo de los siglos, convertido en simiente fecunda.
Tan preciada es la joya que guardas entre las potentes garras, que así la defiendes abriendo amenazante el acerado pico y erizando el penacho de tu imperial cabeza. Qué llevas en ellas al remontar el vuelo? Azul, blanco, rojo. Una bandera! La despliegas en los cielos, y resuena en la tierra un fragor tremendo: son tronos que se hunden, son cadenas que se rompen, son los hunos aniquilados en Chalons, son los árabes aplastados en Poitiers, son los germanos desbaratados en el Marne, son todas las hordas de opresores que huyen despavoridas cuando ruges con gesto homérico. No pasaréis. Aun en la época sombría en que uncida al carro de la guerra del Grande Emperador contemplabas tristemente a Europa ensangrentada, llevabas escondido bajo el ala tu mágico estandarte para tenderlo sobre los pueblos aherrojados, como un iris de esperanza. Sursum Cordal» gritaste a las naciones. De rodillas. dijiste a los tiranos; y fué tu divisa la Libertad, tu canto la Marsellesa, tu grito la Revolución.
Desde los confines del mundo todos los corazones están unidos al tuyo por hilos de luz. Te aman porque en tí se compendian los más nobles ideales humanos, porque eres generosa, abnegada y heroica, porque eres la Vestal del Arte, y el ángel custodio del Derecho; ALBERTO BRENES CÓRDOBA GUILA posada en la cumbre de Europa, sobre el monte sagrado en donde se encierran los tesoros del pensamiento! Tú custodias las reliquias del arte Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.