28 EOS EOS 29 Se ve, pues, que los diversos valores del elemento trabajo, dentro de un mismo precio, no son indiferentes al conjunto de los trabajadores individualmente considerados. la parte del precio total correspondiente al elemento trabajo, se le ha dado también el nombre de «potencia de rescate del salario. En efecto, es con esta parte del producto total con la que el obrero o trabajador debe comprar aquello que necesita.
Ahora bien, si en el precio, la parte del trabajador, es decir el salario, no es más que de sobre to, no podrá rescatar más que un décimo del producto total, mientras que los mueve décimos restantes irán al capital. En otros términos, el obrero deberá hacer diez objetos antes de poder tener uno para él. Por ejemplo, deberá producir diez fanegas de maíz a fin de tener una para él.
Por el contrario, si en el precio total le corresponden al trabajador nueve partes, podrá recobrar nueve décimos del producto total y no quedará para el capital más que un décimo. Por ejemplo, de diez fanegas producidas en común, nueve quedarán en las manos del trabajador.
Ahora ¿cuándo es barato un producto, desde el punto de vista del trabajador? Evidentemente cuando su parte en el precio es la más grande, cuando recibe los nueve décimos por salario. Cuando, al contrario, el trabajador no percibe sino un décimo del precio total, el objeto es caro para él, y barato para el capitalista. Así, dice De Potter, una misma cosa, que tiene un mismo valor, que cuesta el mismo precio, puede ser cara o barata según el punto de vista en que uno se coloque. es la carestia o la baratura de uno de los elementos de la producción lo que hace al producto barato o caro relativamente a este mismo elemento. En otros términos. Cuando el trabajo es caro, cuando equivale a mucha materia, los objetos son baratos para los trabajadores y caros para los propietarios. viceversa. Cuando el trabajo es barato, cuando su valor en materia es poco considerable, los objetos son caros para los trabajadores y baratos para los propietarios. El precio de las cosas resulta de la ley de la oferta y de la demanda. Es una utopía el tratar de controlar o abrogar esta ley, puesto que ella obrará siempre en favor del trabajador o en favor del capitalista. Cuando los trabajadores, dice Colins, privados de propiedad, van a ofrecer sus brazos a los capitalistas, para que se dignen emplearlos, el valor del trabajo, en el producto, es siempre el menor, y el valor del capital es siempre el mayor. esto sucede necesariamente, ya lo he probado bien en otro lugar, siempre que el suelo se encuentre completamente enajenado a los individuos. Cuando todos los trabajadores son propietarios, necesariamente prop etarios, los capitalistas, que no quieren trabajar, van a ofrecer sus capitales a los trabajadores para que éstos se sirvan emplearlos, y entonces el valor del capital en el precio del producto es siempre el minimo y el valor del trabajo el máximo. esto sucede necesariamente, como lo he probado INTERESANTE material el próximo número Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.