274 EOS EOS 275 comodidades y excesivo lujo, sino que hemos sacrificado demasiado a este lujo y a estas comodidades.
Necesitamos poseer la fuerza que nace de la negación.
Debemos avergonzarnos de malgastar nuestro tiempo y nuestras energías en empresas infructuosas, mientras agonizan nuestros hermanos en esta horrible lucha a muerte de las naciones; y debemos asimismo avergonzarnos de malgastar nuestro dinero y abandonarnos a expensas innecesarias mientras nuestros hermanos están hambrientos y destituídos. despecho del rumor de las batallas ha caído sobre el mundo una quietud solemne que debemos apreciar y respetar aun en medio de nuestros placeres. Es indispensable también que comprendamos que la labor de la próxima generación tendrá que desenvolverse en una nueva era, era de mayores oportunidades, de demandas más exigentes y de cargas más pesadas. Unicamente los hombres fuertes serán aptos para tal labor. Si han de estar listos a la llamada, necesitan templarse finamente el alma de antemano. No es cuestión tan sólo de ingenio o de eficiencia, sino de fuentes de vida más poderosas.
Puede argüirse que son excesivamente vagos los deberes a que aludo. esto puede ser verdad, porque el deber supremo es siempre indefinido. La suprema responsabilidad que hoy pesa sobre todos es la de descubrir por nosotros mismos el deber que marca la línea de mayor eficacia. creo que la voluntad sirve siempre para encontrar esta vía.
La generación venidera que encarnará la nueva historia para el nuevo mundo, puede bien comprometerse para «Aquel Día» con todo ahinco y entusiasmo; el día en que sean llamados a realizar la sublime idea de devoción patriótica: la nación al servicio del mundo. Es una verdad que tanto entre los pueblos como entre los individuos, el más poderoso debe convertirse en el servidor de todos. Un hombre servirá mejor a su país según más elevado sea el grado y la amplitud de la idea que hubiere concebido de la misión y los destinos de su patria respondiendo a las necesidades intelectuales, morales y espirituales de todo el mundo. Las hazañas más eminentes de las naciones más encumbradas han consistido en su contribución internacional a los tesoros del pensamiento y del sentimiento humanos, prescindiendo de tradiciones de raza o de fronteras nacionales. Grecia, Roma, Italia, Francia, Inglaterra, Alemania, no son grandes por su fuerza y poderío sino por la virtud de su filosofía, de su arte, sus leyes, su religión, su ciencia y su literatura; por los descubrimientos e invenciones del genio del hombre que han engrandecido las proyecciones de la vida humana en longitud, anchura y profundidad. Lo que realizaron exclusivamente en favor de sí mismas desaparece; lo que hicieron por la humanidad perdura. Colocar una nación a todos los pueblos de la tierra bajo un sentimiento de obligación consciente con motivo de servicios prestados a la humanidad; irradiar desde elevadas regiones luz suficiente para iluminar el globo; comprender plenamente que la rectitud es lo que exalta a una nación; defender la causa de la justicia; y sacrificar las glorias de la conquista por el reino de la paz universal; esto significa verdaderamente conquistar el mundo. afortunados serán los que hayan cumplido su parte en tal labor.
JOHN GRIER HIBBEN Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.