250 EOS EOS 251 San José, de mayo de 1917.
Señor Editor de Nueva Era: Celebro que ese su buen diario tenga «Tribuna libre. Yo no la había visto hasta anoche con el brillante artículo de nuestro señor José Viñas.
Este respetable tribuno me honra demasiado con su dialéctico alegato, a propósito de unas ligeras cuartillas mías, que iban serenas para «Mariano Stella» y su «perrería» en solfa literaria.
Si mal no recuerdo, concluía yo temiendo una tercera «secesión de nuestra Santa Iglesia Romana. Si dije «católico español. solamente, digo ahora que me quedé corto; porque la verdad es que basta ser hombre bien sentido a mi ver y de religión natural, para espantarse de lo que pasa con los nuevos «Bárbaros del Norte. super Atilas. Su odio al catolicismo fué, desde luego, un hecho, y sigue siendo realidad vergonzosa, con la destrucción de Bibliotecas, Institutos y Catedrales y, lo que aun es más, con la inaudita profanación de vasos sagrados y asesinato de inermes sacerdotes.
iQue «la guerra no es de Religión, sino de Comercio. Todo es posible, y siempre hay mucho de religioso y comercial en toda guerra.
Cuanto al germanismo español, creo y sobre creencias no entiendo pueda ni convenga disputarse que se debe a la propaganda extraña, y al exceso de amor interno a la autoridad en hechos políticos y tradicionales. es, por cierto, muy de notar que para un elocuente Vázquez de Mella, tiene el propio tradicionalismo un valeroso Melgar, guerrero carlista, en aquel tiempo de Somorrostro, y hoy decidido antigermánico.
Mi alusión al «Centro Católico del Reigstag. fué recordando la honrada carta del señor de Brüm, gran católico de Luxemburgo y organizador de los Congresos Eucarísticos, a quien condenaron los «Jueces de Berlín. que ya no parecen ser, ni se parecen a los mismos a quienes acudía el pobre molinero de antaño.
Por lo demás, dígole a usted, señor Editor, que no entiendo de discusiones tribunicias. Dije mi parecer, indicando, al final, temores que, Dios mediante y los aliados desde Portugal a la China. no habrán de realizarse. cuanto a dominación universal, dice la historia que fracasó Carlos V, contra el Papa su prisionero, y fracasó Napoleón, contra el otro humillado Pontífice, y fracasará ese tercer aspirante, acaso más enfermo que los otros, del corazón y la cabeza.
Desengáñese el señor de Viñas, gran dialéctico, no hay más «imperio universal. que el de la «Iglesia Católica. mediante la Palabra, el Verbo, el Logoscomo quiera decirse. y para los potentados de la espada, loces de genio y de atar, su manicomio es la propia historia, su camisa de fuerza el espanto de las gentes civilizadas.
VAL. FERRAZ Ahora, habiendo hecho referencia al artículo del señor Viñas el «Revistero de la Prensa» de El Imparcial, el Doctor Ferraz le dirigió las líneas que aquí reproduzco: Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.