EOS 233 232 EOS Vaváis por donde vayáis, recatad en lo más impeSi hemos de conducir nuestra persona a través de una jauría, no me parece discreto que vayamos pasando nuestra merienda por lo: hocicos de cada uno de los canes.
Aquel que no sepa guardar el secreto de sus intenciones, ditícilmente logrará realizarlas; porque sobre la cabeza de toda ambición que trabaja, se levanta el pie de otra ambición más poderosa para aplastarla, como a los pies de toda ambición satisfecha, se presentan cien ambiciones mal nacidas dispuestas a vivir de ella.
Los ingenuos se confiesan con la boca y los impresionables con todo el cuerpo: echad un candado a los labios y ensayad todas las mañanas, antes de entrar a la vida de los negocios, las actitudes del día.
La discreción consiste, generalmente, en decir con cierta medida y escuchar con cierto continente.
Lo silencioso sobrecoge.
El desierto es menos peligroso de lo que os lo figuráis; su impenetrabilidad os llena la mente de visiones extraordinarias, y sois vosotros quienes pobláis de fan. tasmas su soledad y de voces fatídicas su silencio.
Los muy habladores apenas alcanzaron a bufones; pensad como diez y hablad como la cuarta parte de uno, y seréis amos.
Presentad el menor blanco a los juicios ajenos y el menor asidero a la adquisividad de los otros.
Cada vez que se habla se abre una opinión; cada vez que se abre una opinión se contrae un compromiso; cada vez que se contrae un compromiso se pierde una partícula de autonomía; atesoremos libertad; esto es: abastezcámosnos de derecho; esto es: seamos menos esclavos que los demás; esto es: si no hemos de gobernar, que, por lo menos, no tengamos que depender.
Más conveniente me parece para nuestros fines ser objeto de observaciones, cálculos y cavilaciones como un astro, que no ser materia de análisis microscópico como una pulga.
Mientras haya verdades desconocidas, habrá sentimiento de adoración: cuando más os acerquéis a la evidencia de las cosas, tanto más os alejáis de esa timidez y credulidad propias de la inocencia; haced de modo que los hombres continúen por mucho tiempo siendo niños para juzgaros: circundaos de majestad; colocaos a esa media luz favorable de los crepúsculos: trabajad en el misterio la tela de vuestros designios.
Entre el cariño y el respeto, preferid el respeto: porque el cariño nos obliga y el respeto nos autoriza.
Entre la amistad estrecha y la relación afectuosa, preferid la relación afectuosa; porque la amistad nos enajena como una inundación, y la simple relación pone los hombres al servicio de nuestros proyectos, sin remordimiento grande.
Entre los favoritos y los enemigos, preferid en difinitiva a estos últimos; porque los favoritos nos gobiernan desde adentro, y los enemigos nos hostilizan desde afuera; los primeros no nos permiten libertad de acción, y los segundos nos la dejan relativa.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.