EOS 229 228 EOS Pero es necesario que lo sepas, una vez por todas y para siempre: por cada nido de águilas, hallarás en la montaña mil cuevas de sabandija; y casi todos los que lloran merecerían ser ahogados en su propio llanto.
TENER carácter, en el sentido social del vocablo, es tener dinar las circunstancias ambientes, o, por lo menos, para resistirlas con algún éxito: es tener órganos espirituales de locomoción, blindaje y espolón en el alma, púas de defensa y escamas de impenetrabilidad en el espíritu.
Un hombre desnudo e inerme abandonado en lo más tupido de una selva primitiva, tendría que permanecer quieto y perecer de hambre, o seguir en todas sus vueltas, sin criterio personal, los senderos anónimos trazados en la maleza por los animales salvajes; iría al azar, dependería de la circunstancia más baladi; cuando su voluntad fuese avanzar, acaso tuviese que retroceder, detenerse, tomar a la izquierda, torcer a la derecha: seria la piedra que rueda, la víctima de todos y de todo.
Armado de un cuchillo de monte, de una hacha de leñador y de un rifle, ya cambiaría, casi radicalmente, su condición de pasividad. Sus actos volitivos encontrarían menos resistencia y sus contragolpes sobre las cosas y los hechos serían más eficaces.
Avanzaría en línea casi recta; no sometería la totalidad de los obstáculos, pero triunfaría de la mayor parte de ellos; aunque los reformara con frecuencia podría trazarse planes y determinarse rumbos; imperaría luchando y podría decirse de él: va hacia el norte o hacia el sur, en tal emergencia hará tal cosa, triunfará de esta o aquella manera, porque le conozco sus armas. así hasta llegar al tipo ideal dueño de todos los instrumentos de dominio sobre la naturaleza bruta, que adelantaría rectamente a su fin, a trancos largos como los dioses homéricos, sin otro esfuerzo que haberlo querido.
Ahora bien: no tener carácter es carecer de cuchillo de monte, de hacha y de rifle; caminar a la ventura como los asnos; ir para adelante, para atrás, para cualquier lado a la manera de los beodos; depender enteramente de los demás, como un pedazo de creta blanda, de los dedazos del artífice; estar desnudo en mitad de la selva; ser rutinario en ciencias, clásico en arte, retórico en literatura, conservador o comandulero en política, vacilante en el poder. lacayo en todas partes!
El que llegó sin haberlo pretendido, no es el hijo de sus propias obras.
No todos los que se ufanan en las cumbres subieron a ellas; muchos están allí, como los yacimientos de ostras en lo más alto de ciertas montañas, merced a cataclismos sociológicos: también se puede rozar las nubes con la frente por elevación inesperada del suelo que se pisaba.
No creas en la heroicidad de ningún héroe, si no se despoja de su túnica y te, muestra las cicatrices.
Las hojas secas y las golondrinas suelen besarse en los aires.
Nunca hagas nada, sea bueno o sea malo, sin reserEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.