230 EOS Eoa 231 varte el derecho de dejar de hacerlo cuando así te.
parezca.
más cómoda, aunque se obedezca al Neron más atrabiliario: los canfinfleros del dolor eterno.
No hagas como aquellos que se mutilan por miedo a los hijos: sé padre de algo. te preocupe la murmuración, nada más que en la parte de verdad y de razón que ella tenga.
Refiere todos tus actos al bien ajeno; pero, muy pocos de ellos al juicio ajeno.
Toda vida molestó siempre a las otras vidas, como todos los del mismo oficio recíprocamente se perjudican; pero, no retrocedas ni por lo que te molesten ni por lo que molestes.
Procede como aquel herrero tu vecino, tan manso, tan honesto, tan misericordioso, que no se preocupa jamás del tintineo ensordecedor con que despierta todas las mañanas al vecindario: ya se amoldarán a tu vida como a su martillo.
No seas ciudadano correcto e inofensivo: sé hombre útil y azotador de inútiles y perjudiciales.
Los correctos y los inofensivos, son los que no quieren poner nada de lo suyo, ni siquiera un minuto de cavilación, en la brega humana; los que se ríen por dentro de lo mismo que aplauden y fingen respetar ostensiblemente: los que explotan el sudor de los demás, como los malos clérigos el sacrificio de Jesús.
Ellos, los correctos y los inofensivos, son los que viven a la sombra de un orden de cosas establecido, sin tener siquiera la nobleza de defenderlo; los que aguardan en silencio la implantación definitiva de cualquier reforma, para presentarse después, con el plato en la mano, a recibir su parte de pitanza; los que han descubierto que la vida de pasividad es la Odos los sentimientos, aun los más delicados, no son otra cosa que órganos de relación, como los ojos y las manos, la sensibilidad epidérmica y el paladar.
Los hombres civilizados no se relacionan entre sí, con los solos instrumentos de sus sentidos de comunicación: se buscan, unos a los otros, y se apoyan unos en los otros, por medio de la gama infinita de su sentimentalidad y de sus comunes aberraciones e idiosincrasias. mayor suma de afectos, mayor suma de posibilidades de vida dentro de la sociedad.
Los insanos, las almas ausentes, tienen desequilibrado y roto su registro sentimental más que sus ideas, y por eso no encajan en el ambiente general. Los tontos todavía son hombres; porque sienten con cierta ordenación.
La solidaridad rudimentaria de las tribus, se va desarrollando, complicando y consolidando, como una red de alambres invisibles, a medida que las tribus se van convirtiendo en naciones a causa de la civilización: el desarrollo cerebral corresponde al desarrollo de los sentimientos; porque los sentimientos no son más que tentáculos de apoyo de las ideas, órganos de gunstellisuuden psicológico.
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