142 EOS EOS 143 El nuevo proyecto No vamos a hacer un estudio detenido del Proyecto de Constitución Politica de Costa Rica propuesto por los señores ex presidentes de la República don Bernardo Soto, don Carlos Durán, don Rafael Iglesias, don Ascensión Esquivel y don Cleto González Víquez, especialmente comisionados por el Poder Ejecutivo.
Reconocemos a la vez el alto prestigio de la Comisión y nuestra personal incapacidad. Queremos solamente manifestar con honradez valga lo que valiere nuestro parecer que hemos notado algunas mejoras apreciables, relativamente a la Carta de 1871, y algún manchón también, pero que no encontramos en el reciente Proyecto ninguna gran reforma o novedad verdaderamente trascendental. El país lo aseguramos resueltamente seguirá sobre los mismos rieles.
Ni cabe alarmarse demasiado por lo que en dicho proyecto aparece como un evidente retroceso: la pena de muerte. para los reos de homicidio premeditado y seguro o premeditado y alevoso. Aun aplicada por la Sala de Casación por unanimidad de votos. el Presidente de la República, en Consejo de Ministros, podrá suspender la ejecución de dicha pena y conmutarla, sin necesidad de consulta a la Corte ni de otro trámite. Esto quiere decir sencillamente que la pena de muerte quedará en buenas manos, en manos del Presidente de la República, que es por su misma posición el ciudadano que menos puede contar con independencia, serenidad y claridad para la administración de justicia! Pero no cabe alarmarse, repetimos, porque nuestros presidentes no han sido nunca muy amigos de las muertes trágicas, ni lo han sido siquiera de las penas máximas de presidio, cuando no se trate de «delitos políticos o conexos. que son los únicos que parecen preocuparles seriamente. Muchos de nuestros más execrables reos de homicidio han merecido la gracia de presidentes PARTIDARIOS DE LA PENA DE MUERTE.
No disimulemos, sin embargo, la sorpresa que nos causa oír hablar de pena capital en el momento preciso en que los más notables psicólogos se muestran muy dudosos del acierto de los hombres como jueces de los hombres, y cuando son ya muy contados los sociólogos que creen en la eficacia del cadalso como amenaza o dique contra el crimen. El criterio netamente positivista e idealista que reúne en este instante a casi todos los pueblos en pugna con Prusiaobliga a reprobar y condenar en el Estado lo que se reprueba y condena en el individuo. La Moral es una.
El Sermón de la Montaña no admite dos interpretaciones.
Ni disimulemos menos la extrañeza que nos causa el ver al ilustre Dr. Durán persistir en su opinión de hace 22 años. Era de esperarse que él en su calidad de médico sobresaliente llevara al seno de la Comisión el espíritu mismo con que se enfrenta al mal o a la enfermedad como quiera decirse en higiene y en patología. Quién juzga conveniente hoy matar al loco furioso o al leproso incurable o que no sabemos curar o aun al mismo sifilítico que a sabiendas propaEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.