106 EOS EOS 107 cuande las cosas no se debe sólo a la escasez de ellas, do escasean. sino también a la baja de la moneda.
Supongamos un saco de harina que, cuando el colón de oro circulaba, valia. 20. Cuánto habria que pagar hoy por él para pagarlo al mismo precio? Veintisiete colones noventa céntimos (C 27. 90. porque aquel colón de oro equivalía a 465 de dollar, y el colón de papel actual sólo vale 333 de dollar. Supongamos una fanega de maíz que costaba. 30 de oro. Para pagarla al mismo precio habría que dar por ella. 41. 85, por la misma idéntica razón. lo mismo sucede con los sueldos y salarios de los empleados y de los jornaleros. como vamos a verlo. Cuánto ganaba un empleado que tenía 100 de sueldo cuando el colón era de oro? Cuarenta y seis y medio dollars. Si conserva hoy el mismo sueldo ¿cuánto gana? treinta y tres dollars y treinta y tres centavos. El peón que trabajaba al día en los cafetales ganaba en general 25 diario, y su salário equivalía a 581 de dollar. Si gana hoy lo mismo, su salario equivale a 416 de dollar. Pero no sólo han perdido el jornalero y el empleado la diferencia señalada en oro en su salario y en su sueldo, sino que han perdido también la diferencia en el alza de todos los artículos que consumen. De manera que sus er. tradas han menguado justo en el tanto por ciento que sus consumos han aumentado de precio. Así aquellos han bajado 28. 40 070 y éstos han subido en igual proporción teóricamente, porque siempre habrán subido en una mucho mayor.
Fácilmente se comprende que los grandes finqueros y aun los medianos que exportan su café, crean que el alza del cambio, es decir, la baja de la moneda naclonal le conviene al productor. Sin contar la ventaja de convertir en oro lo que produjeron con papel, por cada diez puntos qne suba el cambio, el salario bajará, reinte milésimos de peso americano. Esta minima rebaJa en el jornal se convierte para el cafetalero en grande en una economia muy apreciable. Supongámosle no más quinientos peones diarios. Su ahorro diario sería de 10. 50 oro americano. En cambio para el infeliz trabajador la pérdida diaria sería cuando menos de cuarenta y dos milésimos de dollar, equivalentes al cambio actual, a 0. 126 de colón.
Los cafetaleros que venden su café a los beneficiadores pierden con toda seguridad, porque el colón de papel que reciben tiende siempre a bajar y bajará, sin remedio, cada vez que se haga una nueva emisión. Es cierto que en la época de vender sus letras los exportadores de café, la moneda nacional subirá, es decir, bajará el cambio; pero cuando los especuladores en este ramo hayan acaparado las letras, determinarán nueva y mayor depreciación en el valor del colón de papel. Habiendo engullido parte de los beneficios del exportador, emprenderán la absorción de los beneficios del consumidor. El país entero es la mesa del festín del agio y el pueblo consumidor el pato de ese festín.
Pero no sólo el trabajo nacional será sacrificado.
Las carteras de los banqueros cambiarán de precio cada día y acabarán por reducirse a su más simple expresión. Los deudores, sobre todo los fuertes deudores, postergarán adrede el pago de sus deudas; y quién que recibió a mutuo 100. 00 de oro, equivaEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.