EOS 99 98 EOS orquestal de las aves de nuestras montañas, que hace explosión magnífica en las madrugadas entre lo más huraño y denso del boscaje. Si la sentencia se funda en la escasez de medios de afinación artística que eduquen y sublimen las aptitudes vigorosas, he de aceptarla muy a medias ya que no puedo quitarme de delante el ejemplo de tantos y tantos que a fuerza de afinar el instrumento consiguieron dominar el artificio que vierte sus caudales en la extravagancia, y alzaron tanto su ramaje que llegaron a distanciarlo para siempre del ambiente risueño del verjel natal.
Todo esto para decir a usted que si ahora vengo a hablarle de sus versos, no es porque imagine que al talento que los forma y al corazón que los produce, hagan falta el juicio y el consejo de los que se dicen entendidos. No; desde que le su primera manifestación, concebí la idea de acercarme alguna vez a su pensamiento florecido y conversar con usted como dos jardineros que hablaran de sus rosas. Para qué? Para satisfacer la necesidad de expansión muy natural entre personas que se reconocen unidas por una semejanza de aficiones.
Con qué honda alegría hube de advertir que no es Porque ¿sabe? soy un poco selvático; y sin desconocer la belleza y la armonía de las grandes cosas elegantes que todo tiene al fin su música para los oídos que la sepan percibir me quedo gustoso entre la armonía modesta y primitiva que además de ser belleza es también vida risueña y transparente.
Hay unos señores preceptistas; usted talvez no los conoce, ni falta alguna que le hace. Son unos funcionarios que se dicen del buen gusto, y que no lo dejan uno tenerlo completo en ninguna parte; armados de sendas reglas construídas a veces de sentido común y a veces de arbitrariedad y aun de sordera, andan siempre detrás de la obra artística aplicándole su instrumento y poniéndole toda suerte de reparos.
Esos tales se quedarían ahora mascullando. jencantada lira de oro. vaya un sonsonete desapacible y fatigoso!
Porque es curioso lo que pasa con las autoridades en la cuestión artística. Sentada una jurisprudencia, que dijéramos, todos han de pasar por ella inexorablemente; y si no fuera que los verdaderos artistas son naturalmente rebeldes puesto que sus manifestaciones de belleza son ya una rebeldía, andarían por ahí como los pollos, moviendo el canasto que sobre ellos se ha volcado para aprisionarlos. Ya los pintores han logrado imponer su derecho a ver de acuerdo con la conformación de sus órganos visuales. por qué los poetas y los músicos no han de reclamar el suyo a oir cada uno a su manera la combinación de unos mismos sonidos?
El efecto musical que usted, consciente o inconssu musa «la bella huri que entre sutiles velos y pulsando encantada lira de oro inspira al trovador sonoros versos, sino aquella infeliz Cenicientilla habituada a vagar por los estrechos callejones do reina la miseria buscando a los que sufren; recogiendo el llanto de la viuda, los guijarros que erizan el camino de los huérfanos. Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.