Anarchism

EOS 75 EOS 74 Marina Knap. quien «proclamó la ley marcial, prohibió en absoluto el uso de armas a los particulares y procedió a pagar los empleados públicos que no habían recibido sus sueldos por tener los yankes retenido el tesoro nacional dominicano. Ochocientos marinos yankees guardan el orden, y es probable que en este mes el Gobernador yankee convoque a elecciones. dice uno de nuestros canjes, cuyos informes fueron tomados de la prensa norteamericana. Según algunos órganos de ella, lo acaecido en Santo Do mingo «fué pacientemente combinado por los Secretarios de Estado y de Marina de los Estados Unidos, asesorados por el Ministro yankee en Santo Domingo, Mr. Rusell. Esta versión es perfectamente verosímil, porque de otro modo no se comprende que un simple Capitán de Marina se atreva a tanto.
En este caso, como en el de Nicaragua, las doctrinas de Mr. Wilson candidato están en completa pugna con las prácticas de Mr. Wilson Presidente de la Nación.
Proclamando los mismos idénticos principios ha venido favoreciendo desde el principio de su Administración el desarrollo de la anarquía, desatada, armada y mantenida en México por el oro y la intriga americanos. Coadyubó en Tampico y en Vera Cruz sin derecho y sin gloria con la Escuadra americana para derribar a Huertas, impidiendo así la pacificación del país y violando los mismos principios que ha venido proclamando. El embarque de elementos de guerra para México ha sido tan pronto permitido como prohibido, sin que nadie haya sabido jamás la razón de tan irregular procedimiento. Semejante al inmoral galeno que unos días irritaba la úlcera del paciente y otros la calmaba, para volver a irritarla y calmarla alternativamente, a fin de que el cliente pagara hasta su último centavo por asistencia médica, asi el Gobierno de Wilson ha tratado la dolencia del infortunado México. Hubiera practicado los principios que dice profesar y la úlcera hubiera cicatrizado sola o con las medicinas del propio país. La reciente desastrosa expedición punitiva enviada contra un bandido y su gavilla, según lo ha asegurado el Gobierno de Wilson, ha hecho decir a éste que «esa intervención volverá indudablemente a despertar las más graves sospechas en todos los países hispano americanos. Poco han debido importarle esas sospechas, puesto que envió la mencionada expedición; pero asegurando que «los Es.
tados Unidos profesan la creencia de que cada nación, cada pueblo, tiene derecho a darse las instituciones que quiera y nuestros actos (los de los Estados Unidos)
deben sostener ese principio con absoluta buena fe. La buena fe con que se profesan los principios se prueba con la conformidad de las prácticas a ellos. Si éstas no son la fiel aplicación de aquéllos, la buena fe no existe. En Nicaragua y en Santo Domingo su soberanía ha sido sustituida por la del Gobierno de mister Wilson, apoyada por las bayonetas. Sin embargo son dos pequeños Estados del mundo que tienen exactamente el mismo derecho a que se respete su soberania y su integridad territorial que el que tienen y defienden las grandes y poderosas naciones.
Parece ser cierto que la expedición punitiva ha salido de México; pero esa retirada no ha obedecido Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.