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EOS 61 60 EOS originaria. Que es lo que estos días, por ejemplo, se ha advertido en España.
La disciplina no es sino un medio, un instrumento, y sus méritos dependen de la finalidad a que se aplique. En una causa cuya finalidad sea más noble que la conservación de la vida individual, nos parecerá bien la disciplina si logra domeñar en los hombres el instinto de conservación. Pero en una causa criminal, la disciplina nos parecerá también criminal. Esa disciplina automática que obliga a la obediencia ciega, sin inquirir en la finalidad, es una degradación del espíritu. La disciplina de las masas alemanas, moviéndose como un solo hombre, o mejor dicho, como una sola máquina, destruyendo una ciudad o pasando por las armas a una población civil inocente, porque así lo manda cualquier oficial prusiano terrorista, lanzándose a morir por complacer al Kaiser, alli presente, será todo lo admirable que se quiera, pero no la envidio. No hubiera sido mejor la indisciplina, la rebelión del pueblo alemán contra sus déspotas al ordenarle éstos que se lanzara sin provocación a una guerra contra todo derecho? En este caso, la disciplina ha sido el instrumento de la barbarie y la indisciplina hubiera sido la servidora de la justicia y la libertad. Qué es un pacifista sino un hombre que cree en los beneficios de la paz, que cree en la paz como el supremo bien de las sociedades humanas? La guerra, lejos de destruir esta creencia, la ha fortificado, ha puesto cimientos de granito allí donde sólo había una concepción abstracta. Para los europeos posteriores al 70, la guerra, una guerra grande como la actual, era una abstracción; no la habíamos visto ni sentido de cerca. Al verla ahora ante los ojos y tenerla en contacto con nuestra sensibilidad, nunca nos ha parecido la paz internacional más grande, más noble, más santa, y nunca la guerra más bárbara, más irracional, más indigna del hombre, más propia de los animales de presa. Precisamente, mi corazón está contra Alemania, o mejor dicho, contra Prusia, porque estoy convencido de que fué la provocadora y de que su triunfo abriría una era de guerras sin término. precisamente, mi corazón está con las naciones de la En tente, porque unas Servia, Rusia, Francia y Bélgica tuvieron que aceptar la guerra en propia defensa, e Inglaterra fué a la guerra en defensa de Tratados solemnemente firmados, en defensa, por lo tanto, de un estado pacífico de cosas. no sólo a causa de los orígenes de esta guerra estoy con los de la Entente, sino también porque su triunfo será el triunfo del Derecho sobre la fuerza bruta, anárquica, y porque la paz quedará más consolidada de lo que nunca lo estuvo hasta ahora. La guerra, pues, me dejará más pacifista, más partidario de la paz, de lo que me encontró.
Simultáneamente con la nota de España a los Estados Unidos se ha publicado la Nota de los Aliados a Alemania, rechazando rotundamente sus proposiciones de paz por insinceras. La esencia de esa Nota, modelo de concisión, precisión y firmeza, podría resuEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.