322 EOS EOS 323 No hay un buen diccionario general de esta clase.
Hay algunas enciclopedias españolas bastante completas, como la «Enciclopedia Espasa. ahora en vías de publicación, que es una magnífica obra y que sería digna de figurar entre las mejores ediciones de la Enciclopedia Británica si su estilo fuera más docto y sus bibliografías menos exclusivamente alemanas. La Enciclopedia Ilustrada Seguí. de carácter algo semejante al del Diccionario Century, es también una buena y moderna obra. Pero estas obras, además de ser demasiado voluminosas y poco manuables, están muy lejos de llenar los requisitos de los buenos léxicos generales. El léxico modelo de la lengua española, del cual los demás no son más que serviles copias, con alguna que otra adición, es el Diccionario de la lengua castellana, por la Real Academia Española.
La Academia Española es una venerabilísima institución, famosa sobre todo por una pereza y estancamiento que son inherentes en ella y que han venido a ser proverbiales; una especie de momia que de tiempo en tiempo, despertada por el ruido del progreso, abre y se restriega los ojos, echa una ojeada alrededor, percibe una parte infinitesimal del mundo moderno, añade esa parte infinitesimal a su caudal de sabiduría, y vuelve a caer en su acostumbrado letargo por otro período geológico. Cada vez que tiene lugar uno de esos semidespertamientos, las campanas del sagrado templo de sabiduría anuncian con gran estrépito la buena nueva de que la vetusta madre de la lengua ha dado a luz una nueva edición del léxico. La última edición es la décimacuarta, publicada en 1914.
No es que la Academia carezca de miembros de indudable mérito. ella pertenecen hombres como el fenecido José Echegaray, que fué una singularísima combinación de talentos, pues fué a la vez un eminentísimo dramaturgo, tísico, matemático y hombre de letras, y un prominente economista. Era interesante y sorprendente ver a este admirable anciano en el negociado tabacalero del gobierno español, de que él era director, rodeado de tabaco en todas sus formas, estudiando el tabaco y los impuestos del tabaco, y hablando del tabaco, mientras que sobre su escritorio estaba quizás el manuscrito sin terminar de un drama o las notas de una disertación sobre el cálculo de cuaternios, geometría no euclidiana u ondas hertzianas.
Pero evidentemente éstos no son los hombres que preparan y revisan el léxico, aunque de cuando en cuando figuran como miembros nominales de la comisión del Diccionario. si toman parte activa en el trabajo, todo lo que de ellos puede decirse es que son casi criminalmente negligentes, pues esa obra en ninguna parte da muestras de una profunda y concienzuda erudición. Es rica en términos religiosos, debido a la antigüedad de la Iglesia Católica en España, a la complejidad de su teología y liturgia, y al hecho de que sus autores, por estar en su mayor parte fundidos en moldes med oevales, le dan mucha importancia a todo lo santificado por el moho y el orin. Es rica asimismo en arcaismos y voces desusadas, por idéntica razón. Pero en palabras relativas a la vida reciente y actual del mundo, especialmente en términos técnicos y científicos, es bochornosa y molestosamente deficiente.
He mencionado antes los quaternions, non EucliEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.