270 EOS EOS 271 Bibliografía Enseignements psychologiques de la guerre, por LE BON. Flammarion, editor, París. gran éxito que ha tenido este libro de Le Bon se explica por el interés que todos teníamos en conocer las ideas y los sentimientos despertados por el gran conflicto actual en el autor de la Psicologia de las muchedumbres. El punto de vista en que se coloca Le Bon podría resumirse asi: la guerra actual es una lucha de fuerzas psicológicas. Ideales inconciliables están en pugna. LA LIBERTAD INDIVIDUAL SE VERGUE CONTRA LA DOMINACIÓN COLECTIVA, LA INICIATIVA INDIVIDUAL CONTRA LA TIRANÍA ESTATISTA, LAS ANTIGUAS COSTUMBRES DE INTERNACIONAL DE RESPETO LOS TRATADOS, CONTRA LA SUPREMACÍA DE LOS CAÑONES. Pero lo que da a la tesis de Le Bon un sello personal, es la parte preponderante que él hace representar a las fuerzas afectivas y misticas, en el nacimiento y la evolución del conflicto, y el papel muy borrado, si no nulo, que el concede a la inteligencia, a la razón. De la serie de aventuras trágicas a que asistimos, ninguna podía ser prevista por la razón, porque ninguna tenía por móvil la razón. Precisando su pensamiento, dice Le Bon. El mundo moderno se cree sustraído a la influencia de las fuerzas místicas. sin embargo nunca les ha estado más sometida la humanidad. Si Europa se ve en fuego hoy. es porque un pueblo que se cree destinado a regenerar el mundo pretende imponerle su mística quimera de dominación universal. En cuanto a las fuerzas afectivas, ellas engendran esos odios de raza que nada puede reducir: ellas figuran entre las grandes reguladoras de la historia Después de una serie de capítulos de lo más interesante consagrados al estudio de la evolución moderna de Alemania, de su mentalidad, de sus instintos de conquista, Le Bon llega al examen de las causas de la guerra. Con mucha justeza, distingue las causas lejanas, de las causas inmediatas, y las estudia por separado, a lo filósofo y a lo observador imparcial. Entre las causas lejanas, hay reales y hay imaginarias. Las más imaginarias no son por cierto las menos eficaces. Si se rayaran de la Historia las batallas dadas por obra de ilusiones desprovistas de valor racional, no quedarían muchas batallas. Examina luego las causas más comúnmente indicadas: pretendido exceso de población de Alemania, necesidad de expansión y de mercados comerciales, rivalidades coloniales, errores políticos. y, por otra parte, odios de raza, idea de desquite, ideal de hegemonía. La conclusión que se desprende es la de que los diversos países han sido soliviantados por móviles afectivos, colectivos o místicos, pero poco o nada por móviles racionales. Nos parece sin embargo, que en el deseo de guerra expresado más de una vez por Alemania con franqueza cínica, no era el menor móvil el interés racional. Apoderarse de Amberes, acaparar el Norte de Francia con sus riqueLEALTAD Nosotros no damos tanta importancia a los sodios de razam.
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