210 EOS EOS 211 por las miradas del público, que para nada pueden reserva decorosa que les atrae atenciones y miramienaprovecharles. Será esto racional, justo y prudente?
El amor del hombre es en extremo intolerante, y la Si para un marido es una espantosa desgracia haber más ciega y la más implacable de sus pasiones son los concebido desconfianza de su mujer, le es también celos. Para librarse una mujer honrada de la ignomi una molestia insoportable que ésta desconfie de él.
nia de haberlos excitado, y para evitar las funestas con La mujer celosa es insufrible y se hace odiosa con sus secuencias que producen, no le basta su virtud; la Impertinencias; sucede a veces, que fastidiando a sus más pura lealtad se ha visto mil veces víctima maridos, se atraen el mal que estaba tal vez muy de la injusta desconfianza de un marido honrado y lejos de ellas. La discreción y la dulzura son las arque amaba ciegamente. Es necesario en este punto mas más poderosas en manos de una mujer. Atrasuma discreción. No pretendo aconsejar a usted la yendo se gana el corazón del hombre, hostigando, lealtad y la honradez, no: conozco el corazón de usted squél se pierde para siempre.
que es incapaz de toda villanía; sé que el honor más Si el marido es su mejor amigo y el amigo de toda puro circula por sus venas, y que preferiría la muerte u existencia, tenga en él plena confianza e inspirela a la más ligera mancha que pudiera empañar la pu usted con ingenuidad y franqueza. Cuando el sufra, reza hereditaria de su nombre; quiero sólo advertirle, identifiquese usted con él en el sufrimiento, y mienque es necesario evitar con el mayor cuidado, con ex tras éste dura, renuncie usted a toda distracción. quisito tino, toda familiaridad, toda preferencia, toda usted le pertenece el derecho y el deber de procurarle relación que aun remotamente pudiera excitar la más el consuelo con sus palabras, con sus cuidados, con leve sombra de sospecha en el ánimo de su marido, su incansable vigilancia; y no permita que nadie se de que usted sintiese un afecto particular por otro le anticipe en esto.
hombre. No descuide usted esta advertencia, confiada Ese amigo es, como dicen, otro yo; pero otro yo en la notoriedad de su virtud, en la sinceridad de su que debe ser en todo preferido al yo propio. Lo que amor, en la rectitud y buen sentido de su esposo; por caracteriza el amor y la amistad verdaderos, es el que la experiencia enseña que todas estas circunstan posponer sin esfuerzo su gusto, su comodidad, su incias no bastan para prevenir aquel mal, y que son terés, al gusto o interés del amante o del amigo. No ordinariamente las mujeres más ingenuas y más can bastante que esto se haga en el fondo del corazón; dorosas las que más han tenido que sufrir de los celos. es muy fácil para toda alma generosa tal sentimiento; Las recién casadas abrigan a veces la loca vanidad lo que se necesita es mostrarlo cada instante, en los de ostentar que gozan de libertad, y de hacer lo que actos exteriores, con naturalidad y sencillez, sin hacer hacen las matronas; no caiga usted en tal debilidad; de ello jamás la menor ostentación. La manifestación conserve esa modesta timidez de las vírgenes, y esa intencional de aquel sentimiento es simplemente urba.
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