Democracy

194 EOS EOS 195 Majestuosamente Las angustias del Tesoro fácilmente se curan. Basta que haya buena voluntad de unos, los de arriba, para reducir los gastos públicos, y de otros, los de abajo, para aceptar algún recargo. Lo que no tiene remiendo posible, lo que no debemos consentir de ninguna manera, es que puedan echarse en olvido y mirarse de arriba a abajo las libertades públicas. Seamos una república pobre, una república arruinada, pero seamos una República! Tengamos la dignidad del ciudadano y su libre participación en el gobierno, que no ha de faltar, de un modo o de otro, el auxilio del contribuyente. Reales para el Tesoro, bueno; pero antes y por sobre los reales, el respeto a la Constitución y el aseguramiento de nuestra democracia viva y efectiva!
CLETO GONZÁLEZ VÍQUEZ Congreso Constitucional, sesión del 21 de Noviembre de 1916.
Soy lo confieso sim pesar un hombre viejo, el más viejo de la Cámara; y la verdad, los viejos no servimos para estos belenes. Para diputado, conviene te ner juventud, entusiasmo, pasión, ideales, ver todo en forma halagüeña, creer en los hombres para empeñarse en convencerlos y guiarlos. El viejo, como fruto se co, lejos de creer en los hombres, sabe por dolorosa experiencia que todos son o menos iguales, casi siempre interesados, por lo común ingratos y a veces crueles. con tan sombríos horizontes, con tan negro desencanto, con tan desconsoladoras ideas, contempla las cosas, no como en sus arrebatos se las figuran y pintan los jóvenes, sino como realmente son y deben ser. Un viejo, por lo mismo, cabe muy bien y está en su sitio en un Senado, en un Consejo de Estado o en cualquier otra corporación en donde reposadamente se delibera y en donde se maduren las resoluciones. No está bien en un Congreso, y menos si el Congreso, como el actual, está compuesto de jóvenes en quienes corrientemente todo es fruto de impulsos violentos y pasiones vivas, nacidos más de una wx al calor de ligeros incidentes.
Quiero creer, sin embargo, que mi edad no me impida a seguir a los jóvenes en su fe y en su entusiasmo; quiero creer que conviene que al lado de los bríos juveniles y de los arrebatos de la pasión, haya. la calma, el reposo y la serenidad de los años maduros, que llame a los jóvenes al sentido práctico y la prosa de la vida. Pero es que como antes dije, existe otro motivo poderoso para que yo no debiera Laber venido a este recinto sacrosanto, y es el haber sido jefe de gobierno. No es posible evitar que una persona en el Poder, por más rectas que sean sus iniciones, por más leales que sean sus propósitos, sufra equivocaciones, incurra en errores y aun aparezca como responsable de abusos cometidos sin su consenmiento, por empleados y autoridades subalternas. natural que al discutir los asuntos del día se quieun emplear argumentos «ad hominem» y que a una witica de lo actual, por leve que sea, se conteste con Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.