FranceSocialism

182 EO EOS 183 La alegría de la guerra tando a coro; la culebra, súbitamente despierta, se sobresalta y vuelve a dormirse en el misterio de la espesura. En los rastrojos, en las secas praderas los pobres animalillos siguen cantando: su música no es estallante e innumerable como en las tibias noches de primavera o en las cálidas del estío; pero seguirán cantando hasta que el invierno los hiele.
En medio de los campos resplandecen las fogatas de yerba seca, atenuadas y dulcificadas por la claridad de la luna: diríase que el espíritu de la tierra flamea y se asocia a la radiación misteriosa del cielo. Los canes vagabundos ladran al carro rezagado que precedido de una linterna y arrastrado por un asno se mueve en el camino. El mochuelo maúlla de amor en el castañar, y las castañas maduras caen con un ruido pleno y ruedan a lo largo del valle. Croa la rana al pie de la fuente; brilla el cielo; canta la tierra. Dejemos hacer al universo; él tiene alegría para todos; es socialista a su manera. JUAN JAURÉS Asesinado al estallar la guerra de 1914.
La guerra es alegre. El cronista ha visitado recientemente el frente inglés en Francia y jamás se ha cruzado con un grupo de soldados británicos sin oirles cantar canciones humoristicas. En cuanto se ha acercado al cañoneo, en cuanto ha visto estallar granadas cerca de su automóvil no ha sentido más que un solo deseo: el de echar a correr hacia adelante, el de asomarse a las trincheras de primera fila, el de agarrar un fusil y ponerse a disparar tiros, el de embestir a la bayoneta. el cronista no es ningún valiente, sino un hombre profundamente susceptible al miedo.
Mas por lo mismo que sabe muy bien que el miedo se apodera, en cuanto se lo consiente, hasta de la última de sus fibras, también sabe que el placer máximo del hombre consiste en dominarlo y superarlo.
Pero este sentimiento es en el nuevo, y conviene analizarlo. El cronista se había refutado con argumentos el principio pacifista. Por principio pacifista no entiende el deseo de paz, porque este debe ser común a todos los hombres de ideas morales, sino la convicción de que la paz la vida humana es el valor supremo. Esta valoración es falsa. Antes que la vida está el honor. Por honor entiende la obligación que tenemos todos los hombres de mantener la justicia.
El principio de la guerra por la guerra es malo, porque la guerra es en sí un mal. Pero peor que la guerra es la injusticia. La verdadera escala de valores RETENDER que el dinero recibido por impuestos no significa pérdida para los contribuyentes, porque se gasta entre ellos, no es menos absurdo que si se quisiese absolver a un ladrón convicto de haber sustraido el dinero a un comerciante, y que se justificara diciendo que se lo ha restituido comprándole mercancías.
PAUL LEROY BEAULIEU Traité de la science des finances (octava edición.