Socialism

178 EOS EOS 179 sas inmensa y confusa aspiración hacia el orden, la belleza y la bondad. Con otros ojos y otro corazón mirarán los hombres a sus hermanos, a la tierra y al cielo; a la roca y al árbol; al animal, a la flor y a la estrella. He aquí por qué es permitido pensar estas coen pleno campo y bajo el cielo estrellado: sí, podemos tomar como testigo de nuestras sublimes esperanzas a la noche sublime en donde secretamente se elaboran los mundos nuevos; podemos asociar a nuestro ensueño de dulzura humana la inmensa dulzura de la noche serena. Enhorabuena, repuso el joven ingeniero; pero ¿por qué no habláis de progreso social simplemente. Por qué habláis de socialismo? El progreso social es una realidad y el socialismo no es más que una palabra. Es el nombre de una secta poco numerosa, enfática o violenta, y dividida contra sí misma: no es una fuerza seria de progreso. Es posible que las soluciones propuestas por el socialismo se adopten gradualmente; pero de fijo que no serán los socialistas quienes las hagan triunfar. Jamás habrá gobiernos que obren o legislen en nombre del socialismo; porque un gobierno, aun para mejorar el orden actual y crear un orden nuevo, se sustenta necesariamente en lo que es. Ahora bien, el socialismo se da aires de ser una revelación centelleante y un nuevo Evangelio, y para suscitar el porvenir busca su punto de apoyo en el porvenir mismo. Efectivamente; en la sociedad actual se han dado ya todos los elementos del problema y las soluciones indicadas, o cuando menos esbozadas. La solución del problema social está contenida integramente en la libertad política, en los progresos de la instrucción popular, en el derecho reconocido de sindicarse los trabajadores. Pues bien; la libertad política existe ya; la instrucción, una instrucción cada día más elevada, se infunde en el mundo del trabajo, y los trabajadores poseen el derecho de agruparse. Más instruídos, colaborarán por medio de la imaginación y de la inteligencia en todas las grandes empresas humanas, y cuando su valor interior y personal se haya acrecentado, reobrarán por sí mismos, mediante una acción irresistible de adentro a fuera, sobre el régimen social. Por ejemplo; si todos los niños del pueblo contraen en la escuela, gracias a una enseñanza viva bien administrada, el gusto y la necesidad de la lectura, es imposible que esta necesidad universal no asegure a los trabajadores, en un trabajo mejor distribuído, algunas horas para los regocijos del espíritu. Además, cuando comprendan mejor todo el mecanismo de la producción y del cambio, cuando sepan exactamente el estado de las industrias y de la suya en particular, cuáles son los mercados, cuál el capital invertido y cuál el que se necesita para fomentarla; libres entonces, instruídos y asociados, penetrarán por la fuerza de las cosas en los consejos administrativos de las grandes empresas anónimas, y en seguida, aunque poco a poco, en la dirección de las empresas de mediana importancia. De ahí pueden llegar a la participación en los beneficios, en la autoridad, en el poder económico.