168 EOS EOS 169 nifiesto. El mismo Mensaje reconoce esta verdad cuando dice. Para poder comer siquiera no está pagando hoy mucho más, a causa de los malos caminos, que lo que el Poder Ejecutivo solicita para mejorarlos. No; el consumidor está gastando hoy lo mismo que antes gastaba para comer bien y suficientemente, y apenas come; y es posible que no consienta en dejarse arrebatar esta ración de hambre por contentar los sueños de reforma que intentan llevar a a práctica, a paso de carga y sin preparación adecuada. El pueblo es, sin duda, muy sufrido; pero no es imbécil y comprende muy bien que hasta la mejor y más anhelada reforma fracasa si no tiene base, ni recursos, ni hombres competentes para llevarla a cabo.
Arremete en seguida el Mensaje contra el café y afirma que éste «no es más que une parte de la riqueza del país, y no la principal. y lo demuestra demanera irrefutable. Según el Mensaje, la propiedad raíz, a ojo de buen cubero, porque no hay datos estadísticos suficientes, puede, tal vez, acaso, valer unos. 300. 000, 000. y una buena cosecha de café.
no pasa de unos 000, 000, como renta liquida de las plantaciones Ignoramos si es permitido en un Mensaje presidencial comparar el valor total supuesto de la propiedad raíz con la renta líquida de una parte de ella, para deducir del razonamiento lo insignificante del valor de esta parte; pero nosotros hubiéramos comparado la renta líquida producida por la totalidad de la propiedad raíz, con la renta líquida producida por la propiedad raíz sembrada de café, para averiguar la verdad.
Es cierto que ésta se venga a renglón seguido de la injuria que le hizo semejante modo de razonar, obligando al Mensaje a reconocer terminantemente que, aunque el café «afecta bien poco la prosperidad general, sí (afecta) muchísimo el comercio exterior, base indirecta de nuestras rentas públicas. De donde rectamente se deduce que si afecta muchísimo la prosperidad general, a menos que el comercio exteriorimportación y exportación no sea arte ni parte en la dicha prosperidad.
No comprendemos por qué llama el Mensaje al comercio exterior base indirecta de nuestras rentas públicas. Hasta ahora lo habíamos tenido como fuente directa de la más cuantiosa de las rentas del país. como si tuviera tela cortada con el comercio exterior o quizá solamente con los cafetaleros, el Mensaje afirma, categóricamente, que «el país no vive propiamente del café, ni de las mercaderias introducidas en cambio de lo exportado. Si por pais se entiende el Fisco, nada hay menos exacto que este concepto del Mensaje, porque pocos renglones antes leímos en el mismo documento: Las rentas públicas dependen en primer lugar del producto de las Aduanas. es decir, de los derechos cobrados a las mercaderias introducidas en cambio de lo exportado. y este otro concepto, que de paso rectificamos. el comercio exterior (es) base indirecta de nuestras rentas públicas. Luego el pais si vive de lo que el Mensaje afirma tan categóricamente que no vive.
Si por país se entiende los habitantes de el, no resulta más exacto el concepto aludido, a menos