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166 EOS EOS 167 No obstante el hecho de que Alemania ha estado aislada del resto del mundo en sus operaciones comerciales, parece que ha importado indirectamente por Escandinavia suficientes cantidades de café brasileño, y por otra parte el consumo del mundo ha superado en mucho a las cifras normales, con lo cual las cantidades de café de que se dispone en los mercados, son mucho menores que las del año pasado, y menores aún que las de hace dos años.
Según estadísticas fidedignas, la cantidad que se tenía en Europa para el abastecimiento del mercado, el día de Marzo del presente año, era de 241. 000 sacos, comparado con 628. 000 sacos en la misma fecha del año anterior, y 547. 000 en 1914. El stock que se tenía en Río de Janeiro era de 298. 000 sacos, comparado con 424. 000 en igual fecha de 1915, y con 252. 000 en 1914. El stock en Santos, en igual fecha, era de 170. 000 sacos, en tanto que en 1915 se tenían 039. 000 sacos y 285. 000 en 1914.
En los otros puertos brasileños se tiene actualmente como 400. 000 sacos de café, que fueron comprados por firmas alemanas, no con la intención de exportarlos inmediatamente, sino para remitirlos a Alemania tan luego como cese la guerra. En opinión general de los grandes negociantes de café, este artículo, al igual que el algodón, subirá de precio cuando se firme la paz en Europa.
El consumo de café en Francia ha sido mucho mayor que en años anteriores. Las estadísticas oficiales correspondientes al año de 1915 muestran que las importaciones de café fueron de 305. 000 sacos, comparadas con 940. 000 en 1914, y 920. 000 en 1913.
Alemania y Austria representaban antes de la guerra una importación aproximada de 000. 000 de sacos de café anuales, pero ya se ha visto que su eliminación del comercio mundial no ha afectado visiblemente a los productores suramericanos.
Empeñado luego en llevar los últimos refuerzos, queremos decir los últimos poderosos motivos que militan en favor de los nuevos tributos, a la discusión del Congreso, el Mensaje nos cuenta que «la estación lluviosa más rigurosa que se recuerda en el país» ha puesto intransitables los «caminos públicos en los campos. noticia que ignorábamos todos y muy particularmente los carreteros y los campesinos; y como un buen maestro de escuela, hace las cuentas del mayor gasto que soporta el consumidor, por lo alto de los fletes, para sacar la consecuencia de que si puede pagar víveres caros, también puede pagar fuertes impuestos. El argumento es concluyente.
Pero ¿será lo malo de los caminos la causa única del alza extraordinaria del precio de los víveres? Sospechamos nosotros que alguna parte de esa alza debe corresponder a la baja de la moneda nacional y a la alarma producida por ciertos proyectos y mensajes, muy propios para producirla.
Como sospechamos también que los consumidores pobres, es decir, la inmensa mayoría de los habitantes del país, no comen lo mismo. ni en cantidad ni en calidad cuando los víveres están caros que cuando están baratos; pero que sí gastan lo mismo, porque de otro modo habría que suponer que el precio excesivo de los víveres hace crecer los recursos de los pobres, lo que es absurdo ma