I 22 EOS EOS 123 El despertar de Alemania Tal es la complejidad del hombre, que cuanto más fuerte ruge la bestia humana, más puro se eleva el espíritu. Cuando el ultimatum de Austria puso fuego a la mecha del polvorín europeo, los hombres de buena voluntad se cubrieron el rostro penetrados de terror. Preveían los horrores de la fuerza desencadenada y el naufragio de las riquezas espirituales en la inundación de los bajos instintos de la materia. Pronto se acusó, sin embargo, la incoercible energia del espíritu, inspiradora de la noble decisión del Rey de los Belgas.
Lo que pasó después, lo que está pasando todavía, puede llamarse la Epopeya de la fuerza moral. Cada día aporta un nuevo milagro de la voluntad: la resistencia belga; la retirada de Joffre, sellada con el sacrificio inmortal de los regulares de French; el alistamiento en masa del pueblo inglés; la trágica retirada servia. así, en el momento en que la teoría de la fuerza bruta llegaba a la cúspide de su carrera de medio siglo, he aquí que en dos años se despeña rápidamente. Hemos vuelto a reducir a la fuerza bruta a su papel de esclava, y estudiamos el porvenir de la guerra en las reservas de fuerza moral.
Se va estrechando el cerco en torno de Alemania.
Cada día que pasa arranca una ilusión al crédulo y disciplinado pueblo alemán. Las acometidas a los fuertes belgas, el magistral avance de von Kluck, fueron los días de su juventud. El Deutschland uber alles se cantó entonces ante las ametralladoras cồn una fe virgen de desencantos. La germanización de los Países Bajos, Amberes. la pistola frente al corazón de Inglaterra. la muerte definitiva del franco degenerado, Constantinopla, la ruta de las Indias, el Asia enorme y esplendorosa. qué magnífica perspectiva para los jóvenes embriagados de libresca deutschtum!
La batalla del Marne fué el primer golpe del destino. La censura suprimió la noticia pero no la derrota.
El pueblo alemán atribuyó la interrupción del avance a inexcrutables designios de su infalible Estado Mayor, y poco después, Hindenburg y Mackensen le compensaban en Oriente de su desencanto occidental. París no había caído, pero, jay de San Petersburgo! Tampoco cayó la capital rusa, pero en cambio vino la epopeya del mar, con sus grandes fechas históricas, el Lusitania, el Arabic. Nueva batalla del Marne en la nota conminante de los Estados Unidos, nueva inundación de tinta para ocultar al crédulo pueblo teuton los horrores de la derrota. Mientras tanto, Alemania, sitiada, consumía sus víveres. El bloqueo inglés estrechaba sus mallas. Los aliados preparaban en sus arsenales la ofensiva de un mañana que ya ha llegado. el Gobierno alemán aprovechaba la forzosa inacción de sus enemigos para propagar sobre ellos rumores de disensiones, envid as y desconfianza. La prensa alemana, sensible como pocas a la inspiración de lo Alto, demostró irrefutablemente y ya se sabe qué fuerza tiene esta palabra en la Alemania metódica que en Francia no quedaba ya un Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.