Carmen LyraElías Jiménez Rojas

64 EOS AL Doctor LAFOSSE: Mucho me interesan sus preciosas observaciones. Es una gran fortuna para Eos el contar con un lector tan inteligente e ilustrado. Pero ¿cómo responder a sus críticas. cómo deferderme. Ni cómo meterme yo a explicar el pensamiento de Bergson o el de Dastre?
En español decimos. mal de muchos, consuelo de tontos. somos esta vez muchos, muchisimos, los que no vemos claro. Casi diria yo que la desgracia es universal, sin que pueda saberse quiénes son los que se enredan más.
Aun los filósofos que se colocan sobre un cómodo terreno de hipótesis, no logran salir completamente airosos. Nuestro amigo Colins, por ejemplo, no obstante el haber cortado el nudo de la cuestión, afirmando contra toda evidencia que existe un abismo entre el «hombre y los «animales. se ve obligado a admitir en su disertación logo arquista estas dos cosas incompatibles: la «libertad del alma» y «justicia eterna. La justicia eterna es precisamente lo que nosotros llamamos determinisno. mi juicio, la verdad es que la mayor parte de las contradicciones son puramente verbales. En el fondo, no creo yo que haya gran diferencia entre el filósofo Lafosse y el filósofo Bergson.
Ustedes saben que es frecuente atribuir los éxitos de Inglaterra al maquiavelismo de sus hombres políticos. Por eso hay en todos los idiomas europeos una frase análoga a la nuestra sobre la «perfida Albion. Ustedes saben tambien que esa frase me parece nacer en profunda ignorancia de la psicologia inglesa. Lo caracteristico de los ingleses es la imprevisión, pero también la energia con que acuden a los conflictos que su imprevisión origina. El maquiavelismo es tan raro en Inglaterra como la originalidad en Alemania.
RAMIRO DE MAEZTU te prenta y Libreria de Falcó y Borrasé. San José, Costa Rica San José, de agosto de 1916 SEÑOR DON ELÍAS JIMÉNEZ Mi estimado señor: Ya sé, su «Respondiendo» de «Eos. fué escrito a propósito de unas lineas que tuve el atrevimiento de escribir en un libro suyo.
Permitame explanar un poco más el pensamiento alli esbozado.
No, yo no creo que la evolución zoológica haya alcanzado la perfección. Ignoro si se alcanzará algún día. Dije sencillamente lo que mis sentidos creen percibir, lo cual puede ser un engaño, no digo que no.
Dice usted. vamos a la perfección. Si, talvez, pero luchando. Caminamos hacia la Armonia, escuchando los gemidos de los que resultan aplastados por los pies de los más fuertes. Noto que a la Vida no le importan nuestros dolores ni nuestras alegrias. Para alcanzar sus fines que ignoramos, a veces nos hace reir y otras llorar.
Quizá yo no me se explicar y llamo «lucha por la vida lo que en el lenguaje de los que saben tiene otro nombre.
Expliqueme usted, señor, que siempre sus lecciones serán escuchadas por mi con devoción y gusto.
Servidora, MARIA ISABEL CARVAJAL Yo no soy de los que saben. Empleo la expresión cafán de la vida en vez de otra que generalmente es usada «lucha por la vida, porque no soy poeta ni filósofo ni naturalista. Usted no lo ignora: soy químico, de oficio.
Bien sé que hay luchas o conflictos en la vida; pero no comprendo que se hable de estos conflictos como de algo condicional de la vida. Me choca tanto esto como me chocaria la siguiente afirmación. para que dos candelas ardan bien, es necesario que las luces interfieran. Las luces interlieren corrientemente, aquí y allá, pero tal interferencia no es una condición de luminosidad.
La vida de un organismo cual la vida de la candela se mide por su exteriorización. esta exteriorización es tanto más intensa cuanto menores sean las dificultades que encuentre. Le parece a usted una perogrullada esta afirmación? Pues los naturalistas alemanes que han pretendido hacerse los intérpretes del francés Lamarck y del inglés