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62 EOS EOS 63 пър Kultura pueblos que la aceptan, porque supone esta transacción. Venga enhorabuena el ultraje, si viene acompañado de un pedazo de pan. Sólo las barreras del derecho; sólo el imperio absoluto e incondicional de la legalidad, pueden servir de defensa a los pueblos contra sus tiranos, y a las entidades internacionales débiles contra las fuertes. Por eso, glorificar al despotismo ilustrado, negación de la vida del derecho, es un suicidio. Despotismo ilustrado)
PALABRAS DEL Dr. DIÈGUEZ en El Foro (15 de Junio de 1916. Jamás los actos de buena administración, en el sentido de anhelos por el mejoramiento material, podrán compensar los actos de tiranía. En esa supuesta compensación está fundada la doctrina de las excelencias del despotismo ilustrado; doctrina falsa, porque enseñando la ciencia política, que la misión principal del Estado, y por consiguiente, de los mandatarios que lo representan, no es la de conducir a los pueblos en andaderas, como a niños entecos y enfermizos, sino la de mantener la vida del derecho en todas sus esferas, el gobernante que rompe la armonía de la legalidad, y de simple Jefe del Estado, se convierte en director omnipotente de todas las actividades de la nación, además de perjuro, infidente a su mandato sagrado, y usurpador, es torpe, porque a fuerza de sustituir al país en el ejercicio de sus energias, concluye por atrofiarlas. Qué diríais del ayo real que, encargado de la educación del sucesor a la corona, destinado a gobernar y a gobernarse en lo futuro, se empeñara en modelar en el cerebro de su imperial pupilo, el alma de un esclavo, aunque, eso sí, cuidando de vestirle bien y engordarle?
La doctrina del despotismo ilustrado, política materialista que no contempla sino las realidades de la vida animal, es una componenda deshonrosa para los Sir Edward Grey, ministro inglés de Relaciones Exteriores, ha mostrado, por importantes declaraciones hechas al corresponsal del diario norteamericano The Chicago Daily News, que, acerca de este asunto, hay unanimidad de pareceres entre su gobierno y Francia. He aquí lo esencial de sus declaraciones. Nosotros y nuestros aliados luchamos por una Europa libre, una Europa libertada no sólo de la dominación de una nacionalidad por otra, sino también de la diplomacia fanfarrona, del peligro de guerra, del ruido de la espada siempre dispuesta a desenvainarse, de las continuas alusiones al brillo cegador de las armaduras y a los dioses guerreros; luchamos por la igualdad de derechos, por el respeto a las leyes de justicia, por la paz y la civilización en el mundo entero contra la fuerza bruta, la cual no conoce freno alguno, ni concede merced. Lo que se propone Prusia, es una Europa amoldada a Prusia y gobernada por ella, quien, de este modo, dispondría de las libertades de sus vecinos y de nosotros todos.
Opinamos que, en tales condiciones, es intolerable la vida, y, como dicen Francia, Italia y Rusia, combatimos la idea alemana de que las guerras incesantes son en si saludables y casi de desear. La filosofia alemana enseña que la paz permanente entraña la degeneración. El predominio de tal filosofia trae como consecuencia las continuas alarmas, la ainsiedad de los armamentos siempre crecientes y la paralización de la civilización humana.