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48 EOS EOS 49 poco nosotros habíamos logrado entenderlos a ellos. La diferencia profunda de las razas, la oposición de sus ideales esenciales, la distancia entre una República muy liberal en sus instituciones y un Imperio militarista y autoritario, la dificultad del idioma, todo contribuía a que, a pesar le la labor improba de sus agentes, la nación alemana continuara siendo para nosotros un enigma que sólo la guerra nos ha permitido descifrar por completo.
Conviene advertir todavía para dejar en toda su realidad este resumen de los sentimientos con que en Chile se miraba a los beligerantes, antes de la guerra, que en nuestro país se había desarrollado en los últimos tiempos una impresión pesimista acerca de la amistad que podiamos esperar de las naciones europeas en general. Se las acusaba a todas ellas, sin exceptuar a nuestra madre España, de juzgarnos mal, de no darnos el lugar que creiamos merecer, de confundir a Chile, pais de orden y cuya historia puede ser examinada sin que haya en ella nada que nos sonroje, con otras repúblicas que han solido dar materia para la opereta y la canción.
La literatura, el arte, la prensa, las impresiones recogidas por los numerosos chilenos que volvían de Europa, confirmaban esta impresión, fruto en parte de una comprensible vanidad nacional, pero justificada hasta cierto punto por las defectuosas informaciones que en general ha habido respecto de la América Española.
En los años recientes la labor del «Groupement des Universités et Grandes Ecoles de France. del Comité France Amérique, y de algunas organizaciones españolas tendian a una reacción saludable y mutuamente ventajosa. patías, las tendencias de su espiritu, las doctrinas en que habia basado su cultura.
Para nada entraban en este apasionamiento las consideraciones materiales, los intereses del comercio o de la industria. Los chilenos comprendieron desde el primer momento que estaban en presencia del choque pavoroso de dos formas de civilización, de dus maneras de entender el progreso, de dos doctrinas fundamentales que afectan a la humanidad entera.
La propaganda alemana fué en los comienzos activisima y adoptó un tono violento que debía hacerle luego mucho daño. Aparecieron periódicos especiales destinados a probar la justicia con que el Imperio Germánico lanzaba sobre Europa la maquinaria de su organización militar. Se explotó lo mejor que se pudo la admiración que muchas gentes tenían en Chile por el Ejército alemán, que conocian sólo en tiempo de paz y sobre el cual se habia modelado el chileno.
Se llegó en esta campaña hasta intentar hacer aparecer al Ejército chileno, cuya popularidad en el país es muy merecida, como un centro de propaganda alemana, y con este objeto los agentes germanos dieron a luz un periódico cuya redacción se confió a dos españoles y que llevaba el titulo engañoso de «La Gaceta Militar, destinado a hacer creer fuera de Chile que era un órgano del Ejército.
Fné menester revelar fuera de Chile el verdadero carácter de esa publicación que en su tiempo dió mucho que hablar. En el pais tales explicaciones eran innecesarias pues a nadie se le ocurria pensar que pudiera haber oficiales de nuestro Ejército mezclados en una labor que habría sido contraria a sus deberes rnás elementales y a los intereses primarios de su patria.
La prensa chilena adoptó una actitud reservada y serena, como correspondia a un país neutral y en el cual viven ciudadanos de todos los paises beligerantes. Nuestros diarios han llevado aún demasiado lejos su respeto por los sentimientos de los grupos extranjeros que residen en Chile.
Esto y un deseo de hacer justicia, de formarse un criterio propio, de dejar lo que los ingleses llaman fair play, hizo que los diarios chilenos, me refiero a la prensa que inAl tiempo de publicarse los primeros telegramas que anunciaban la declaración de guerra y la invasión del Luxemburgo y Bélgica por el ejército alemán, se produjo en Chile un grande apasionamiento y puede decirse que fueron raros los chilenos que habrian tenido el derecho de proclamarse neutrales en el fondo de sus conciencias.
Cada uno tomó el partido a que lo inclinaban sus sim