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42 EOS EOS 43 dando la vuelta por el Estrecho de Magallanes, ha hecho de Chile un país de dificil acceso.
Su clima y su topografía hacen necesaria en Chile una lucha ruda con la naturaleza para arrancarle sus tesoros agricolas o mineros, lo que no permite la creación de fortunas rápidas como las que sueñan los emigrantes.
Este mismo aislamiento y esta necesidad de un esfuerzo prolongado, han hecho la raza chilena, algo insular en su orgullo nacional y en su fanático y noble apego a la tierra natal, desconfiada del extranjero, sin dejar de ser hospitalaria y generosa, y resuelta a conservar la pureza de la nacionalidad.
II Desde los comienzos de su existencia como país libre, Chile recibió la influencia de Francia y de Inglaterra.
Marinos ingleses organizaron la escuadra chilena; soldados franceses pelearon en las batallas de la Independencia; libros, ideas e irradiaciones francesas inspiraron los primeros movimientos intelectuales, y principios británicos de libertades públicas fueron incorporados en nuestra Constitución política.
La instrucción pública fué organizada según ideas importadas de Francia, y las generaciones que dieron a la República su primera fisonomía estudiaron en textos traducidos del francés la historia, la filosofía, el derecho, las ciencias físicas. Compartían este favor los economistas ingleses de la gran escuela liberal cuyas doctrinas difundió en el pais un profesor francés, Courcelle Seneuil. Eran los tiempos en que un miembro del Instituto de Francia, Claude Gay, escribía la historia de Chile, y otro francés, Aimé Pissis, levantaba el primer mapa completo del país y estudiaba su geografia fisica.
Los códigos chilenos tuvieron su origen en los franceses y nuestro Código Civil, obra maestra de genio juridico, de ciencia original y sabia adaptación, está inspirado en el Código Napoleón. Nuestra jurisprudencia ha bebido y bebe en fuentes francesas.
Los precursores de la Independencia y los primeros hombres que bajo el régimen de libertad hablaron a sus conciudadanos de doctrinas políticas tenian frescas las lecturas de los pensadores franceses del siglo xvi. Más tarde el parlamentarismo inglés y la observación de la democracia americana no hicieron más que modificar esas tendencias sin alterar su esencia.
Las artes recibieron siempre influencias francesas desde que comenzaron los chilenos a interesarse en la pintura, la escultura y la arquitectura. En la música debemos a los italianos la formación del gusto. Aun las escuelas españolas de pintura no fueron bien estudiadas en Chile sino en los últimos años y por cierto que con mucho provecho para nosotros.
El que recorriera librerías o bibliotecas chilenas quedaría sorprendido de hallar en las mejores, mayor número de libros escritos en lengua francesa que en nuestra propia lengua española, sea en ciencias, en derecho, historia o literatura.
La lengua francesa ha sido obligatoria en los establecimientos del Estado para optar al grado de bachiller, y aun cuando en años posteriores se ha preconizado mucho la enseñanza del inglés y del alemán, la juventud chilena sigue prefiriendo el aprendizaje del francés. Casi no existe un hombre con alguna cultura intelectual, profesor, abogado, médico, ingeniero, politico, escritor, que no pueda, por lo menos, leer francés y no se sirva de esta lengua para sus estudios o su recreo.
Francia ha sido para los chilenos el centro de luz, la inspiradora cuyas manifestaciones intelectuales tenian el poder de universalizarse, de extenderse por el mundo con una facultad especial de adaptación a todos los pueblos de próximo o remoto origen latino.
Es menor, sin duda, el número de los chilenos que han recibido una influencia inglesa a causa de la dificultad del idioma y la misma originalidad de las instituciones y mentalidad británicas que las hace dificilmente asimilables para pueblos de nuestro origen. Pero su liberalismo, sus escuePodemos servir suscripciones de TODOS los números de EOS. desde el primer cuaderno.