382 EOS EOS 383 Podrá haber habido reyes buenos y hasta papas tolerantes; pero el Estado es implacable, carece de alma y de sentidos y es sordo al grito de piedad: nada le conmueve.
No vale la pena de haber renunciado a la antigua Providencia que tiene las llaves del infierno y de la gloria, y al evangelio de dulzura y caridad proclamado en la montaña, para adorar al monstruo Estado que chorrea sangre y que es responsable de todas las abominaciones porque ha gemido y gime la humanidad. Os habéis preguntado por qué los cristianos, que fueron una libertad en el circo, llegaron a traducir el precepto «amaos los unos a los otros» por matanzas, tormentos y suplicios? Pues sabedlo: fué porque quisieron ser el Estado, y en cuanto lo consiguieron, fracasaron, convirtiéndose en un poder dominante por el hierro y por el fuego, en la peor tiranía del mundo.
El progreso no reside en una abstracción; sólo se le encuentra tangible en el individuo: el hombre es la medida de los progresos realizados. El progreso está en el conocimiento de su acción libertada y libre siempre. Todo lo que no sea eso es cambiar de amos, pasar del yugo de la personalidad real al yugo de la impersonalidad de la multitud y de las mayorías: yugo de pontificado, yugo de rey, yugo de mayoría. yugo siempre!
Somos hombres de espíritu latino: la unidad por el dios, por el rey, por el Estado nos obceca; no comprendemos la diversidad en la libertad. En el fondo, la Revolución francesa fué un cambio de terminología antes que sonase la hora de las realidades.
Escapamos de la iglesia para caer en el Estado.
La falta de los maestros consiste en creer que fabrican hombres. Se dice constantemente. El niño es cera blanda, y se le forma como se quiere. No: la herencia y el medio han determinado esos hombrecitos a quienes han de enseñar a aprender.
El mundo está entregado a la fuerza, a los conflictos, a las luchas de intereses; pero bajo esas luchas salvajes de apetitos más o menos furiosos, en la profundidad de las masas, ha surgido una idea que mueve los hombres y los impulsa a la conquista de una sociedad mejor, es la idea del derecho del hombre engrandecido a la altura de un rey cuya soberanía no conoce más límite que la soberanía de los otros. Esa idea ha transformado la sociedad, en ella reside la fuerza del porvenir, y, sobrevenga lo que quiera, no debemos abandonarla jamás.
Nuestros padres hicieron hace cien años una revolución de derecho en el mundo: para continuar su obra debemos mantener y desarrollar la noción de derecho que nos legaron. Para ello no hay más que desarrollar el hombre, que es la substancia del derecho. Por eso el objetivo de esa civilización que fundó la Revolución Hemos dicho que no puede existir la Escuela Nacional, porque sabemos que en la enseñanza puede aspirarse a la «unidad» en cuanto a las reglas cientificas, pero que es absurdo pretender la uniformidad.
En la enseñanza, más que en otra tarea humana, la independencia de criterio y la libertad de acción individual son indispensables. PALAVICINI, Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.