Elías Jiménez Rojas

318 EOS EOS 319 nes, sin diplomas, y orientada en todas direcciones.
Somos enemigos de toda polarización escolar, cualesquiera que sean su nombre y su forma.
El estudio de las lenguas y el de las matemáticas nos parecen constituir el objeto capital de la a y de la 2a enseñanza.
ELÍAS JIMÉNEZ ROJAS fragmento Pobrísimos habrán de ser profesores, naturalistas, médicos, farmacéuticos, etc. para quienes sea empresa imposible costear y sostener un centro privado de estudios experimentales. Con las modestas economias del haber de un catedrático de provincias, y sin más ingresos extraordinarios que algunas lecciones particulares, hubimos nosotros de crear y mantener durante quince años, un laboratorio micrográfico y una modesta biblioteca de Revistas. Nuestro primer microscopio, un Verik estimable, fué adquirido a plazos. el caso no es excepcional. Lo corriente es inaugurar la propia obra con penuria de medios, pero con medios propios, que precisamente por serlo resultan singularmente educadores y fecundos. Notorio es que la mayoría de los descubrimientos fisiológicos, histológicos y bacteriológicos, etc. fueron obra de jóvenes entusiastas, sin nombre y sin fortuna, que trabajaron en buhardillas o graneros. El laboratorio oficial, cómodo y lujoso, llegó más adelante como galardón del éxito cientifico. docenas podrían citarse ejemplos clásicos de modestos comienzos. Faraday, aprendiz de encuadernador, llevado de su entusiasmo cientifico, asentó de mozo o de mecánico en el laboratorio de Davy, alejado del cual, y sin haber seguido carrera alguna, montó un centro de investigaciones, del que brotaron admirables conquistas renovadoras de la ciencia de la electricidad. El gran Berzelius hizo sus descubrimientos químicos en el obrador de su botica. Lalande y buena parte de los astrónomos de genio, exploraron el cielo desde la azotea de sus casas, armados de modestos anteojos.
Lo excepcional es que, en lujosos y bien provistos laboratorios sostenidos por el Estado, un novel investigador logre estrenarse con memorable hazaña cientifica.
Desde el punto de vista del éxito, lo costoso, lo que pide tiempo, brío y paciencia, no son los instrumentos, sino, según dejamos dicho, desarrollar y madurar una aptitud. lo más, la penuria económica nos condenará a limitar nuestras iniciativas, circunscribir el marco de la indagación. Pero, no es esto una ventaja?
Nuestros maestros serán los libros, mentores sabios, serenos, sin eclipses ni mal humor. Con ellos daremos cima al empeño soberano, que consiste, antes de descubrir, en descubrirnos; antes de modelar la naturaleza, en modelarnos. Forjarnos un cerebro fuerte, un cerebro original: he ahi la labor preliminar, absolutamente inap lazable. luego, llegada la madurez técnica, iqué holguras y facilidades para la indagación personal. Oh soledad confortadora, cuán propicia eres a la originalidad del pensamiento. Cuán dulces y fecundas las invernales veladas pasadas en el hogar laboratorio, durante las cuales los Centros docentes rechazan a sus devotos! Ellas nos libran de fatales improvisaciones, doman nuestra impaciencia, refinan la capacidad de observación, desarrollan el espíritu crítico y abaten el vuelo de la fantasia especulativa. Con qué cariño cuidamos de esos instrumentos propios, cada uno de los cuales representa una vanidad negada o un vicio insatisfecho. En nuestro amor hacia ellos, aprendemos a conocer sus excelencias, notamos sus defectos, esquivamos sus lazos, penetramos, en fin, en su alma amiga, que responde siempre, sumisa y simpáticamente, a los requerimentos de la nuestra!
RAMÓN CAJAL Compre la revista para niños MIS APUNTES Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.