250 EOS EOS 251 ¡Soldados. Cuidado con el alcohol!
samiento egoista de que la catástrofe iba a estorbar la realización de sus deseos y los de Margarita. Descubria de pronto, en esta hora de incertidumbre, que amaba a Francia. Veia en ella la patria de su padre y el país de la gran Revolución. El, aunque no se habia mezclado nunca en las luchas de la politica, era republicano y habia reido muchas veces de ciertos amigos suyos que adoraban a reyes y emperadores, considerando esto como un signo de distinción.
Argensola pretendió reanimarle. Quién sabe. Este es un pais de sorpresas. Al francés hay que verlo a la hora en que procura remediar sus imprevisiones. Diga lo que diga el bárbaro de tu primo, hay entusiasmo, hay orden. Peor que nosotros debieron verse los que vivian antes de lo de Valmy. Todo desorganizado: como única defensa, batallones de obreros y campesinos que por primera vez tomaban un fusil. Y, sin embargo, la Europa de las viejas monarquias no supo como librarse durante veinte años de esos guerreros improvisados.
El que está como vosotros expuesto a fatigas, a maniobras peligrosas, a grandes emociones, cae a veces en la tentación de pedir al alcohol estímulo y confortación. Otras veces, buscáis en la taberna una distracción a la monótona vida de acantonamiento y de guarnición Importa que sepáis el uso que puede hacerse del alcohol sin dañar la salud.
Hay, respecto al alcohol, errores muy extendidos: Se dice que da fuerzas. No es exacto. La verdad es esta: da un arrojo ficticio y poco duradero. Esta excitación del primer momento es seguida pronto de una disminución enojosa de la energía.
Por consiguiente, el alcohol quita más fuerzas de las Editado por la casa «Prometeo. de Valencia, España.
que da.
La Academia de Ciencias de Madrid acaba de celebrar el jubileo del cincuentenario de la entrada a la Academia de su Presidente don José Echegaray, poeta y matemático, laureado ha poco con el premio Nobel, de Suecia. El Rey de España presidió la solemnidad e hizo resaltar su verdadero significado estimulando el esfuerzo y la voluntad de una juventud entristecida por el dolor de la hora actual y quizás vacilante frente al trabajo.
Se dice que el alcohol calienta. Esto es exacto por unos minutos y hasta cierta dosis. No hay que fiarse de sensaciones. Una cosa es sentirse caliente y otra es estar caliente. Pasada la buena medida, el alcohol paraliza y enfría. Los que abusan del alcohol están muchísimo más expuestos a los resfriados y accidentes propios de la vida a la intemperie. Se dice que, en forma de aperitivos, el alcohol abre el apetito. Esto es enteramente erróneo. No se sabe siquiera de una persona a quien el uso de un aperitivo le haya estimulado el apetito. El hábito de los aperitivos conduce fatalmente a las enfermedades del estómago, del hígado y de la inteligencia.
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