248 EOS EOS 249 aqui. Si deseas presenciar un gran acontecimiento histórico, quédate. Pero mejor será que te marches. La guerra va a ser dura, muy dura, y si Paris intenta resistirse como la otra vez, presenciaremos cosas terribles. Los medios ofensivos han cambiado mucho.
Desnoyers hizo un gesto de indiferencia. Lo mismo que tu padre. continuó el profesor. Ano che él y tu familia me contestaron de igual modo. Hasta mi madre prefiere quedarse al lado de su hermana, diciendo que los alemanes son muy buenos, muy civilizados y nada puede temerse de ellos cuando triunfen.
Al doctor parecia molestarle esta buena opinión. No se dan cuenta de lo que es la guerra moderna.
Ignoran que nuestros generales han estudiado el arte de reducir al enemigo rápidamente y que lo emplearán con un método implacable. El terror es el único medio, ya que perturba la inteligencia del contrario, paraliza su acción, pulveriza su resistencia. Cuanto más feroz sea la guerra más corta resultará: castigar con dureza, es proceder humanamente. Alemania va a ser cruel, con una crueldad nunca vista, para que no se prolongue la lucha.
Había abandonado su asiento requiriendo el bastón y sombrero de paja. Argensola le miraba con franca hostilidad. El profesor, al pasar junto a él, sólo hizo un rigido y desdeñoso movimiento de cabeza.
Luego se dirigió hacia la puerta acompañado por su primo. La despedida fué breve. Te repito mi consejo. Si no amas el peligro, márchate. Puede ser que me equivoque y esta gente, convencida de que su defensa resulta inútil, se entregue buenamente. De todos modos pronto nos veremos. Tendré el gusto de volver a Paris cuando la bandera del Imperio Hote sobre la torre Eiffel. Asunto de tres o cuatro semanas. principios de Septiembre con seguridad.
Francia iba a desaparecer: para el doctor era indudable su muerte. Quedará París. añadió. quedarán los franceses, porque un pueblo no se suprime fácilmente; pero ocuparán el lugar que les corresponde. Nosotros gobernaremos el mundo: ellos se cuidarán de inventar modas, harán agradable la vida del extranjero que los visite, y en el terreno intelectual les estimularemos para que eduquen actrices bonitas, produzcan novelas entretenidas y discurran comedias graciosas. Nada más.
Desnoyers rió mientras estrechaba la mano de su primo, fingiendo tomar sus palabras como paradojas. Hablo en serio continuó Hartrott. La última hora de la República Francesa, como nación importante, ha sonado. La he visto de cerca y no merece otra suerte.
Desorden y falta de confianza, arriba; entusiasmo estéril, abajo.
Al volver la cabeza vió otra vez la sonrisa de Argensola. nosotros entendemos un poco de esto. añadió agresivamente. Estamos acostumbrados a examinar los pueblos que fueron, a estudiarlos fibra por fibra, y podemos conocer con una sola ojeada la psicologia de los que aun viven.
El bohemio creyó ver a un cirujano hablando con suficiencia de los misterios de la voluntad ante un cadáver. Qué sabia de la vida este pedante interpretador de documentos muertos. Cuando se cerró la puerta fué al encuentro de su amigo, que volvía desalentado. Argensola ya no tenía por loco al doctor Julius von Hartro. Qué bruto. exclamo levantando los brazos. pensar que viven sueltos estos fabricantes de sombrios errores. Quiéir diria que son de la misma tierra que produjo a Kant el pacifista, al sereno Goethe, a Beethoven. Haber creido tantos años que formaban una nación de soñadores y filósofos ocupados en trabajar desinteresadamente por todos los hombres.
La frase de un geógrafo al man revivió en su memoria como una explicación. El germano es un bicéfalo. Con una cabeza sueña y poetiza, mientras con la otra piensa y ejecuta. Desnoyers se mostraba desesperado por la certidumbre de la guerra. Este profesor le parecia más temible qne el consejero y los otros burgueses alemanes que había conocido en el buque. Su tristeza no era únicamente por el penEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.