Anarchism

EOS 242 EOS 243. Aunque Inglaterra nos ataque prosiguió Hartrott no por eso dejaremos de vencer. Ese adversario no es más temible que los otros. Hace un siglo que reina sobre el mundo. Al caer Napoleón recogió en el Congreso de Viena la hegemonia continental y se batirá por conservarla. Pero que vale su energia. Como dice nuestro Bernhardi, el pueblo inglés es un pueblo de rentistas y de sportmans. Su ejército está formado con los detritus de la nación. El pais carece de espiritu militar. Nosotros somos un pueblo de guerreros y nos será fácil vencer a los ingleses, debilitados por una falsa concepción de la vida.
El doctor hizo una pausa y añadió. Contamos además con la corrupción interna de nuestros enemigos, con su falta de unidad. Dios nos ayudará sembrando la confusión en estos pueblos odiosos. No pasarán muchos dias sin que se vea su mano. La revolución va a estallar en Francia al mismo tiempo que la guerra. EI pueblo de Paris levantará barricadas en las calles: se reproducirá la anarquia de la Commune. Tunez, Argel y otras posesiones van a sublevarse contra la metropoli.
Argensola creyó del caso sonreir con una incredulidad. Repito insistió Hartrott que este pais va a conocer revoluciones aqui e insurrecciones en sus colonias. Sé bien lo que digo. Rusia tendrá también su revolución interior, revolución con bandera roja, que obligará al zar a pedirnos gracia de rodillas. No hay más que leer en los periódicos las recientes huelgas de San Petersburgo, las manifestaciones de los huelguistas con pretexto de la visita del presidente Poincaré. Inglaterra verá rechazadas por las colonias sus peticiones de apoyo. La India va a sublevarse contra ella y Egipto cree llegado el momento de su emancipación.
Julio parecia impresionado por estas afirmaciones, formuladas con una seguridad doctoral. Casi se irrito contra el incrédulo Argensola, que seguia mirando al profesor insolentemente y repetia con los ojos. Está loco: loco de orgullo. Aquel hombre debía tener serios motivos para formular tales profecias de desgracia. Su presencia en Paris.
por lo mismo que era inexplicable para Desnoyers, daba a sus palabras una autoridad misteriosa. Pero las naciones se defenderán arguyó éste a su primo. No será tan fácil la victoria como crees. Si; se defenderán. La lucha va a ser ruda. Parece que en los últimos años Francia se ha preocupado de su ejército. Encontraremos cierta resistencia; el triunfo resultará más difícil, pero venceremos. Vosotros no sabéis hasta dónde llega la potencia ofensiva de Alemania. Nadie lo sabe más allá de sus fronteras. Si nuestros enemigos la conociesen en toda su inmensidad caerian de rodillas, prescindiendo de sacrificios inútiles.
Hubo un largo silencio. Julius von Hartrott parecia abstraido. El recuerdo de los elementos de fuerza acumulados por su raza, le sumian en una especie de adoración mistica. La victoria preliminar dijo pronto hace tiempo que la hemos obtenido. Nuestros enemigos nos aborrecen, y sin embargo nos imitan. Todo lo que lleva la marca de Alemania es buscado en el mundo. Los mismos paises que intentan resistir a nuestras armas copian nuestros métodos en sus universidades y admiran nuestras teorias, aún aquellas que no alcanzaron éxito en Alemania. Muchas veces reimos entre nosotros, como los augures romanos, al apreciar el servilismo con que nos siguen. luego no quieren reconocer nuestra superioridad!
Por primera vez Argensola aprobó con los ojos y el gesto las palabras de Hartrott. Exacto lo que decia: El mundo era victima de «la superstición alemana. Una cobardia intelectual, el miedo al fuerte, hacia admirar todo lo de procedencia germánica, sin discernimiento alguno, en bloque, por la intensidad del brillo; el oro revuelto con el talco. Los llamados latinos, al entregarse a esta admiración, dudaban de las propias fuerzas con un pesimismo irracional. Ellos eran los primeros en decretar su muerte. los orgullosos germanos no tenían más que repetir las palabras de estos pesimistas para afirmarse en la creencia de su superioridad.
Con el apasionamiento meridional que salta sin gradación de un extremo a otro, muchos latinos habian proclamado que en el mundo futuro no quedaba sitio para las sociedades latinas en plena agonía, añadiendo que agre iva.
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