ΙΙΟ EOS EOS III Berthelot en aquellas penosas circunstancias. Somos sujetos particularmente necesarios a la patria; hemos beneficiado de sus instituciones, de su pasado, de su vieja gloria; somos su hechura; dejándela, defraudamos el adelanto de capital que ha hecho por nosotros, aun cuando podamos tener más de una queja legítima y personal contra clla. Nosotros no podemos dejar a Francia a menos que ella nos eche de su seno. Así hablaban dos verdaderos genios que muy bien habrían po lido dar por cancelada ya entonces su deuda hacia la patria! En su carrera científica, Berthelot no se cuidó de la explotación económica de sus incontables descubrimientos. El hombre de ciencia debe hacer de la posesión de la verdad su única riqueza. Ni se cuidó tampoco de la adquisición (ie honores o recompensas por concurso u oposición. Fué también enemigo de los exámenes «que agotan la salud de los candidatos y les hacen perder su individualidad, la curiosidad y el amor de la reflexión original. En sus obras y en sus lecciones, tan profundas siempre, no desdeñó Berthelot la forina del lenguaje.
Es este un rasgo muy francés y el más prec oso resorte de primacía intelectual de un sabio o de un filósofo. Sin cierto mérito literario, ni se funda ni subsiste en Francia ninguna gran reputación. 10. Según Berthelot. la ciencia es esencialmente una obra colectiva, proseguida en el curso de los tiempos por el esfuerzo de una multitud de trabajadores, Si no entiendo la fuerza de una palabra, soy extraño y bárbaro para aquel a quien hablo, y él lo es para mi.
SAN PABLO. Cita de Bossuet. de toda edad y de toda clase, asoc ados en virtud de un convenio tácito, para buscar la verdad pura y aplicar esta verda a la transformación continua de la condición de los hombres. La ciencia abarca el dominio entero del espíritu humano, dominio intelectual, moral, político, artístico, al par que práctico e industrial. Ella es hoy la única base inconmovible de la moralidad de los pueblos y de los individuos. Jamás los dogmas religiosos han llevado a los hombres al descubrimiento de una verdad útil o han contribuído en algo a mejorar su condición. 11. En los últimos años reapareció agravada la melancolía de Berthelot, sin que disminuyera mucho por ello su prodigiosa actividad. Dos años antes de morir hablaba así. La infancia vive gozosa en el egoísmo ingenuo de la sensación; la juventud se lanza entusiasta al ejecicio de sus energías, que ella cree tan ilimitadas como sus ambiciones. En cuanto a la vejez, acabados los sueños, ve morir a todos los que ama, la rodean las ruinas de sus afecciones y no encuentra consuelo sino en un noble sentimiento, el de haber cumplido sus deberes respecto a los otros hombres y mantenerse en la recta posición sonriendo con bondad a la infancia inocente y ayudando con toda simpatía a la juventud en el esfuerzo eterno de la humanidad hacia la verdad, acia el bien, hacia el ideal.
Berthelot murió a los 80 años, el 18 de Marzo de 1907, una hora después que su excelente esposa. Salvo el trozo de Renan, todo lo que va entre comillas es del propio Berthelot.
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