52 EOS Ni si, ni no para dejarnos a nosotros los extranjeros con la boca abierta, dio estas palabras contra las cuales protesto uno sólo de los oyentes, el coronel venezolano Pimentel. Hasta ahora no hemos querido hacer valer nuestros derechos políticos sobre un territorio que, en realidad, es un trozo del Imperio allende los mares; pero ha llegado el momento y es menester que la bandera de la vie a Germania cubra ese pedazo del mapa del mundo. Para terminar, o más bien para resumir en pocas palabras las reflexiones que me sugiere este gran problema de las tendencias invasoras de Alemania, no vacilo en declarar que, sin creer en un peligro alemán, propiamente dicho, para la América latina, soy de la opinión de los que afirman que el patriotismo bien entendido es el que sin temores, sin desconfianzas, sin exageraciones y sin prejuicios sabe mirar siempre con energía y con franqueza las hipótesis más remotas, las más vagas y hasta las más absurdas. que no se diga que siempre hay tiempo para todo; porque por haber pensado así, la noble Francia, sonriente, confiada y jay! imprevisora, se encontró un día frente a las canteras de Soissons, que modestos comerciantes, en apariencia ocupados tan sólo de extraer piedra para la construcción de casas pacíficas, habían transformado en fortalezas subterráneas en que los ejércitos de von Kluck, en la hora de la derrota, han encontrado un refugio inexpugnable.
Cuando Descartes (si el lector recuerda mi oficio tolerará esta cita) inicia la nueva psicologia definiendo el alma como una cosa que piensa, se vió en grandes aprietos para explicar qué pasa a nuestra alma en tanto que duerme y no sueña. Una cosa que no es sino pensamiento tiene que estar siempre pensando o desaparecer.
Dejemos al gran filósofo que se resuelva su cuestión y apliquémosla sólo como ejemplo a nuestro tema. Tiene sentido afirmar que no hay opinión pública alguna vez? En mi entender, no: el público es una cosa que opina y opina siempre, constantemente, y ni siquiera toma, como el alma individual, su reposo en el vacío suave del sueño, tan amado por Sancho Panza.
Pero acontece que el político se presenta ante él exigiéndole que a su pregunta responda sí o no. Y, a veces, la opinión pública no piensa ni lo uno ni lo otro, no atiende ni le interesa la pregunta esa y anda preocupada con otras cosas muy distintas.
Así el caso Marruecos nos revela un estado evidente de opinión. Sí, o no. preguntamos. España responde: Ni sí, ni no. Por ventura no es esta una opinión tan clara y concreta como cualquiera otra? Ni sí, ni no; esto es, no queremos esforzarnos por nada, no tenemos fe en nosotros mismos ni dónde apoyar la esperanza. No tenemos afán de vivir, de gozar, ni de împerar. Nuestra raza se ha tumbado al borde del camino como un can apaleado.
JOSÉ ORTEGA GASSET ENRIQUE GÓMEZ CARRILLO Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.