Germany

50 EOS EOS 51 material siro de «influencias. los últimos, por el contrario, declaran con franqueza sus apetitos coloniales.
Explícito es el siguiente trozo de «Reines Deutschtum» de Friedrich Langer, página 208, cuarta edición. Una política previsora debiera emplear los medios adecuados para dirigir la emigración de manera que los intereses vitales de los particulares estuviesen de acuerdo con los del Estado. Esta política es la que mediante la aplicación resuelta de las fuerzas de que dispone, debe estipular con todos los demás Estados las convenciones necesarias, a fin de que nuestros emigrantes sean recibidos en condiciones que respondan a las miras de nuestro Gobierno. Los Estados interiormente divididos, como la República Argentina, el Brasil y más o menos casi todas esas repúblicas mendiguillas de la América del Sur, deberían ser traidas, por la suavidad o por la fuerza, a escuchar palabras muy significativas nos hispanoamericanos cuando, una noche, una sociedad geográfica hamburguesa invitó a los comerciantes alemanes para asistir a la conferencia de cierto «doktor» Pufling o Fluping, que regresaba encantado del Brasil y que, al cantar las bellezas naturales del trópico, se elevaba hasta un verdadero lirismo. Con sus descripciones de selvas, de ríos, de tibios amaneceres bajo un cielo de esmalte, de noches iluminadas por innumerables estrellas, colmo de orgullo y de entusiasmo a los hijos del trópico que lo escuchaban.
Mas de pronto, al penetrar en el territorio de Río Grande do Sul, el tono del conferencista cambió bruscamente. Aquí dijo ya no es el Brasil, es Alemania; las márgenes de los ríos os hacen creer que el Rin ha prolongado su curso hasta ahí; todo nos habla en la lengua de nuestra alma; las aldeas son las de la Selva Negra transplantadas; las costumbres son las nuestras y hasta los indígenas están ya germanizados. luego, completamente tranquilo y muy seguro de sí mismo, se puso a recitar cifras estupendas de una estadística que a los americanos les parecía fantástica, pero que los alemanes aceptaban como escrupulosamente exacta. Tantos centenares de fábricas. tantos establecimientos industriales. tantos bancos. tantas cervecerías. tantos hoteles. Por todas partes ondeaba al viento el pabellón del Imperio alemán. Escuelas alemanas por millares. Los periódicos escritos en alemán. Poetas nuevos, nacidos en la tierra nueva, cantando en alemán bellezas desconocidas en Europa.
Las mujeres rubias imponiendo sus encantos; los hombres fuertes, herederos de la más noble raza europea, partiéndose la riqueza y el poder. al final, sin duda Pero hay que llegar a estos últimos años para ver formulada con ruda claridad la ilusión de la «Deutsche Sud amerika. En Hamburgo, sobre todo, en donde los sabios se dejan hipnotizar por el poder de expansión que representa una marina mercante formidable, en donde las colonias extranjeras son numerosas, en donde a cada paso se encuentra un rótulo en español o en portugués; en el prodigioso Hamburgo que alguien se ha atrevido a llamar la capital del mundo futuro, hay predicadores de conquistas que miran como una realización próxima el mapa de Tannenberg. Todavía recuerdo la sorpresa que experimentaron alguEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.