EOS 49 El peligro alemán en la América Española Se lee en el Daily Mail que durante un lunch que le ofreció el Club de los Viajeros de Nueva York, el señor Alfredo Boyes enseñaba a sus huéspedes un atlas recientemente publicado en Alemania, en el cual vastas regiones de la América del Sur, pertenientes ya al Brasil, ya a la República Argentina, estaban tranquilamente indicadas como colonias alemanas.
Uno de los hombres más eminentes de la República Argentina me envía el recorte anterior, preguntándome si conozco el atlas de que habla el Daily Mail. Que existen libros de esta naturaleza me dice y que no les hayamos dado la importancia que merecen, demuestra que todavía no estamos curados de nuestra antigua indolencia y que la amenaza de una intervención extranjera no cabe en nuestros cerebros, llenos de un monroismo platónico. El amigo ilustre que así me habla, termina su carta con esta pregunta. Cree usted que el triunfo de Alemania constituya un peligro inmediato para nuestra independencia. semejante pregunta, mi primer impulso, a fe mía, es el de contestar: No. En efecto, para mí, la idea de que en un cerebro europeo pueda caber la ilusión de establecer colonias en países como la Argentina, el Uruguay y Chile, que han alcanzado ya un grado de civilización comparable con el de Francia o de Inglaterra, no sería más que una locura; pero existen documentos pangermanistas que prueban que si no hay un peligro inmediato ni tampoco un peligro real, no por esto deja de existir en Alemania un ideal de conquista en ultramar.
El atlas de que habla el Daily Mail debe de ser el que con el título de «Gross Deutschland» fué publicado en Leipzig hace cuatro años por Tannenberg. En la página 225 de esta obra se encuentra un «mapa de América en 1950. que da como «Deutsche Sud Amerika» los territorios de Río Grande do Sul, de la República Argentina, del Paraguay y de Chile. La parte septentrional de la América del Sur, así como la América Central y México, las deja el geógrafo a los Estados Unidos para hacer de ellas una «English SudAmerika. De lo que se trata es de suprimir la lengua española que, para los pangermanistas, es un anacronismo despreciable.
Me diréis que esto no es más que un sueño fantástico. Sin duda; pero poco a poco los soñadores del género de Tannenberg van siendo demasiado numerosos. Desde 1903, fecha de la aparición del «Sudamerika und die deutschen interessen» de Wilhelm Sievers, hasta la víspera misma de la guerra, en que una revista de Berlín publicó un estudio sobre el porvenir del Brasil, no ha pasado un año sin que la bibliografía imperialista y pangermanista no se haya enriquecido con algunos títulos americanos. Los primeros, puede decirse los precursores, no hablan de conquista Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.