cosas, sentirá, sin duda, la suave y melancólica ironia que las ntradicciones y engaños de la humanidad hacen brotar de los espíritus serenos. Si don Francis co volviese a la vida, echaría de su templo a muchos de esos fariseos; a otros los perdonaría con su inagotalle bondad. Pero no sé que sería preferible de amEl sentido social y la regla de conducta bas cosas, porque el perdón de hombres como aquél, tan superiores, suele dejar más amargura en el alma Pocos hombres, entre los hombres ilustres de nuesde quienes son capaces de amargura, que el latigazo tro actual renacimiento, representaron mejor que Giner más cruel y más duro.
lo que gnifica, para qu enes creen que los nombres no son cosa vana, lo que se quiere dec con la frase reforma social. esa reforma, en todo lo que comprende cuanEL CRITICÓN, por Lorenzo Gracián. Edición y tativamente, pero más aún en lo que constituye su prólogo de Julio Cejador y Frauca. tomos emraíz y su médula, estuvo consagrado Giner. Lo estuvo pastados. 00. De venta en la Imprenta y por doctrina y por inclinac ón natural de su espíritu.
Librería de Falcó Borrasé, San José, En cuanto a lo primero, porque entendió siempre que «Talento de estilista de primer orden, el segundo las grandes modificaciones sociales, como todo lo que es orgánico, no se logran ni se cumplen desde afuera, de aquel siglo en originalidad de invenciones fantáss no desde adentro; no proceden de las leyes y de la tico alegóricas, en estro satírico, en alcance moral, en organización exter or del poder público, sino de la bizarría de expresiones nuevas y pintorescas, en humoformación interna, del espíritu social y del freno ético rismo profundo y de ley, en vida y movimiento y que éste haya logrado imponerse, y miraba por tanto, efervescencia continua, de imaginación tan varia, tan más al estado de la opinión y los sentimientos colecamena, tan prolífica, sobre todo en su Criticón, que tivos, y a la colaboración que según ello habían de prestar a los órganos llamados directores, que al emverdaderamente maravilla y deslumbra, atando de peño frecuentemente pueril, de hacer y deshacer que pies y manos el juicio, sorprendido por las raras ocuéstos tienen, por cándida equivocación que no pocas rrencias y excentricidades del autor, que derrochó un veces es orgullo inconfesado.
caudal de ingenio como para ciento. En cuanto a lo segundo, ner estaba llamado a una estimación semejante de su obra en el mundo, MENÉNDEZ PELAYO porque él era uno de los hombres más honradamente Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.