LA EVOLUCION OBRERA MANAGUA 27 DE NOVIEMBRE DE 1932.
a CUENTO La Lectura POETAS DE AMÉRICA feos, que los atleEL PRECEPTOR BIZCO La Ultima Visión ortivo de tida de la entre el y el campara discional de apuntaron In que eli3 el trofeo del señor sin apae la serie do con su verdadequipo nacho tanto ricano; y Pacifico er, por lo régimen leta debe stímulo a del deato para inada en terminaserá con ernando 18 gadados las otras hacer el ERO AU mercado ADOS persona ogando al o en dinaugando al pio en las las autº antener la in que 80 con deo que e0stá el in 14 de En la lectura debe cuidarse de dos por González Vera.
cosas: escoger bien los libros y leerlos bien. Nunca deben leerse los libros que extravien el entendimiento o coEn la escuela fue donde conocí por rrompan el carazón. Las lecturas inprimera vez el aspecto brutal de la la memoria de RUBEN DARIO morales no conducen a la ciencia; por vida.
el contrario, son una fuente de frívola La escuela parroquial en donde fui superficialidad. Conviene leer los aumatriculado, funcionaba en una feſsitores cuyo nombre es ya generalmente ma y vieja casa, compuesta de granPor sus ojos, cansados de recoger el brillo conocido y respetado: así se ahorra des salas yertas. El patio, aunque era nocturnal de las urbes, pasó un último afán: mucho tiempo y se adelanta más. Es.
extenso, por estar encerrado entre alver el paisaje, a un tiempo misterioso y sencillo, tos escritores eminentes enseñan, no tos muros, era más frío y extraño que de sus nativas tierras bosque, lago y volcán.
sólo por lo que dicen sino por lo que las salas. Además, estaba como aplas¡Qué golpe de recuerdos no le sacudiría hacen pensar. El espíritu se nutre tado por la sombra de la iglesia contiel alma en un espasmo de intensa poesía, con la doctrina que le comunican, y se gua. La fisonomía de este patio estará al ver ya moribundo cuanto al redor había despierta y desarrolla por las reflexiosiempre fijo en mi memoria.
visto con ingenuos ojos niñez!
nes que le inspiran. Entre dos homDe entonces sólo reservo recuerdos Remembranzas nerviosas turbaron su agonía bres, uno mediano, otro eminente, de imágenes. Tal vez nos enseñaban con el afán inútil de cantar todavía quién preferiría consultar al mediano?
alguna cosa. Era el profesor un y empezar, entre sueños, a vivir otra vez.
Se ha de leer mucho, pero no musujeto rubio, bizco, de pequeña estachos libros: esta es una regla excelentura, gélido completamente. Pisaba te. La lectura es como el alimento: con la punta de sus pies y gritaba sin iQuién no hubiera querido cerrar sus ojos sabios el provecho no está en relación de lo cesar. No sonreía ni por broma. Qué y penetrar la clave de su última visión!
que se come, sino de lo que se digiere.
excelente carcelero hubiera sido!
talvez cogió la lira; no pudo abrir los labios, La lectura debe ser pausada, atenta, Apenas la campana sonaba, el torpero dejó en las cuerdas temblando una emoción.
reflexiva: conviene suspenderla con turador aparecía en el patio frotándose Una emoción de verso tiembla en la despedida frecuencia para meditar sobre lo que las manos. Nos formábamos apresuque se le da al paisaje primero de la vida, se lee; así se va convirtiendo en susradamente y nos ibamos a la sala temdonde un día rompiera la primera canción: tancia propia la sustancia del autor, y blando por lo que podía suceder.
verso que el bardo agónico aprisionó en la almohada, se ejecuta en el entendimiento un acto Le odiábamos con entusiasmo y ejerescuchando el latido, con la sien apretada, semejante al de las funciones nutriticitábamos nuestros espíritus vas del cuerpo.
deseque al través de las venas le enviaba el corazón.
Suele decirse que es más útil leer arle las más abominables desgracias; con la pluma en la mano, apuntando pero el bárbaro estaba siempre en pie, sonrosado, elástico, con una salud deEl bosque dió a su verso músicas y colores: lo más importante que ocurre; esta resafiante.
aleteos de brisas, coqueteos de flores.
gla es en efecto, muy provechosa; mas Reinaba en la sala un silencio lúguHay en su verso, a veces, inquietantes rumores: para guardarse de algunos inconve.
bre. Nos mirábamos con mirada ráfagas que huyen. hojas que danzan. interiores nientes, será bueno recordar lo que piadosa y después, extáticos y con el ritmos que se insinúan apenas. y tal cual sigue: 19, se corre peligro de escribir muchas cosas inútiles y de gastar, hacorazón convulso, esperábamos el teson enérgico, cálido, imponente y marcial, mido minuto.
en que sobre los siglos, se escucha entre fragores ciendo extractos, un tiempo que se El bizco se alisaba su cabellera roja y metálicos, el ronco tamboril del chontal.
emplearía mejor en repetir la lectura; El bosque dio a su verso lo que nadie le ha dado: 29, encomendándolo todo al papel, se miraba con detenimiento.
el misterio, el ambiente ritual y ensimismado, cultiva menos la memoria: el mejor liLuego comenzaba a tomar la lección el hermetismo gravemente sacerdotal.
bro de apuntes es la cabeza; ésta no se con la cabeza inclinada sobre un cuatraspapela ni embaraza; 39, cuando se derno de notas. Solía toser algo; pero trata de nombres propios y de fechas nunca tanto como para que se le comconviene no fiarse de la memoria.
prometiesen los pulmones.
El lago dió a su verso transparencia y anchura.
El inmoderado deseo de la universaLas imágenes limpias nadan a la ventura Desventurado era el chiquillo que no lidad es una fuente de ignorancia.
en su verso, cual francas desnudeces, que en vago Queriendo saberlo todo se llega a no había resuelto su tarea. El bizco, sin giro, flotan y súmense en un agua tan pura saber nada. Son pocos los hombres que poner mala cara, pero sin oir tampoco que se les sigue viendo sobre el fondo del lago.
han nacido con talento bastante para ninguna disculpa, le ordenaba colocarEn el azul a veces zigzaguea la albura se frente al pizarrón.
abarcar todas las ciencias. Asi es espiritual y pura de una garza real; muy importante el poseer a fondo una víctima desde ese instante emotras veces, la muerte se prepara del día.
pezaba a modular todos los tonos del El lago dió a su verso gracia y melancolia; de ellas; y luego no hacer incursiones en el campo de las otras, sino con la sollozo. nosotros nos sentíamos y el hizo de carrizo su hechizo musical.
debida consideración de las propias amargados por la más intolerable de fuerzas, del tiempo de que se dispone las angustias.
y de la profesión que se ha de ejercer.
Nuestro torturador abría su escritoEl volcán dió a su verso cierta altivez hurana. De qué le sirve a un militar el ser borio y buscaba. Revolvía los papeles Cuando ofiició en vidente colocó el su misal tánico si ignora el arte de la guerra. con el abandono del que se encuentra sobre el altar abrupto de la vieja montana. De qué a un abogado el ser un buen solo: pero cuando hallala el guante en que cual piedra preciosa de brillantez extraña, geómetra, si olvida la jurisprudencia?
su rostro se proyectaba una sombra de Hugo encerró en el cofre de un poema inmortal.
agrado.
Momotombo sagrado, Momotombo tremendo: Jaime Balmes.
El penitente, mientras duraba la tu Poeta ha escuchado dentro de ti el estruendo búsqueda, gemía con cierto método.
de una trompetería para un Juicio Final.
Cuando el tono decrecia y parecía extinguirse, era seguro que en su alma Francisco Ambrosio crecia la esperanza de salvarse. Rubén, Rubén: azufre diabólico y nublado Desde nuestros bancos podíamos sepatético complícanse en tu última visión!
guir con precisión absoluta los moviPara tu sien su fiebre te dió el volcán sagrado Morales mientos del profesor. Nuestra unidad y su altivez huraña para tu corazón.
psicológica era maravillosa. Si sus Experto en la colocación de ademades eran medidos, el gemido oscilaba en la nota menor y el ritmo de El bosque grave, el lago suave, el volcán fuerte artículos sanitarios nuestros corazones se normalizaba.
para siempre hoy dormidos en tus ojos están.
Pero, si la mano se estiraba con veheViste juntas las caras del Amor y la Muerte; mencia hasta el fondo del cajón, el me lo han dicho tu bosque, tu lago y tu volcán.
Ofrece a Ud. la experiencia adquirida gemido dilataba el pecho del colegial en su larga práctica en la colocación y ganaba espacio sin respeto a ninguna nota intermedia y nosotros dejabaJOSÉ SANTOS CHOCANO.
de estos utensilios.
mos de respirar.
Para el bizco era motivo de bochorno, Av. Sureste, Nº 223.
después del precipitado adelantamiento de sus dedos, no dar con el instrumento. Es cierto que terminaba por imponerse; pero el titubeo le contra el otro cajón. Ah. pero si ayer lo guarde en OBREROS: riaba.
Mientras iba por el guante, el disciLA FABRICA DE CAMISAS No sé si por distracción o espíritu pulo chillaba, cerraba los ojos, se rede farsa exclamaba en voz alta: torcia. Daba gritos inverosimiles. En fin. El guante ha desapa Ocultaba sus manos en la espalda, se recido.
hincaba, pedía perdón, se entregaba a con sus productos todas las manifestaciones de la impo sustituido a los extranY quedaba pensativo.
tencia. Por desgracia inútilmente.
jeros.
El alumno imploraba a su vez: El bizco inmutable y frío, le ordenaba La camisa de esta marca es la mejor que se Señor. Perdóneme. Le juro presentar la mano abierta.
El guante se alzaba y golpeaba.
expende en el país, que.
Los gritos vibraban en los vidrios, Usen sólo los productos Regresaba el bizco de su abstracción repercutían en los muros del patio y de esta fábrica para que satisfagan su gusto y tengan trabajo nuestras dándose con la punta de los dedos en sa iban muriendo por las calles de muchachas.
la frente: siertas.
la el Srio 100 Do mo 18de prode éstos.
doy por respecto, ats no nede quo 80 20 porque io do me fiol cumNo soy, Da moja yre libre, honra do rará Odead a MANAGUA. NIC: ERA